Para realizar un cribado o monitorizar una enfermedad hepática o una anemia hemolítica.
Bilirrubina
Cuando el médico cree que existen signos o síntomas de daño hepático, enfermedad hepática, obstrucción de los conductos biliares, anemia hemolítica o problemas metabólicos relacionados con el hígado; cuando un recién nacido presenta ictericia.
En adultos la determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa; en recién nacidos, se puede obtener una muestra por punción en el talón; algunas instituciones sanitarias disponen de una técnica no invasiva que determina la bilirrubina usando un instrumento que se coloca sobre la piel (bilirrubinómetro transcutáneo).
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
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¿Cómo se utiliza?
La bilirrubina se mide para diagnosticar y/o monitorizar alguna enfermedad hepática como cirrosis, hepatitis o cuando se sospecha de la presencia de piedras en la vesícula biliar. También es útil en la evaluación de una anemia falciforme o de otras causas de anemia hemolítica en las que se producen crisis coincidiendo con la destrucción masiva de hematíes, con el subsiguiente aumento de bilirrubina. En todos estos casos, puede medirse la bilirrubina total o en su forma conjugada o no conjudada. Normalmente el laboratorio emplea un método para medir las formas solubles de bilirrubina o bilirrubina directa, que constituyen una estimación de la cantidad de bilirrubina conjugada. Si se resta esta forma de bilirrubina del total de bilirrubina, se obtiene una estimación indirecta -bilirrubina indirecta- de la bilirrubina no conjugada.
En recién nacidos, la medida de la bilirrubina es muy importante para establecer la causa de la ictericia cuando existe. Unos niveles excesivos de bilirrubina no conjugada lesionan el cerebro en desarrollo del bebé y pueden producir retraso mental, dificultades en el aprendizaje y en las capacidades intelectuales, pérdidas auditivas o trastornos oculares. Es muy importante identificar rápidamente aumentos de bilirrubina en los recién nacidos y tratarlos inmediatamente. En la ictericia fisiológica del recién nacido y en la enfermedad hemolítica del recién nacido, tan solo aumenta la bilirrubina no conjugada (indirecta). En los casos en que existe lesión hepática (hepatitis neonatal y atresia de vías biliares), que son mucho menos frecuentes, también existen aumentos de bilirrubina conjugada (directa).
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¿Cuándo se solicita?
El médico suele solicitar la determinación de la bilirrubina juntamente con otras pruebas de laboratorio (fosfatasa alcalina, AST, ALT) cuando alguna persona presenta signos de función hepática anormal. Se puede solicitar la determinación de bilirrubina cuando existe:
- Ictericia
- Antecedentes de consumo importante de alcohol
- Posible toxicidad debida a fármacos
- Posible exposición a virus causantes de hepatitis
Otros síntomas o signos que pueden darse son:
- Coloración oscura-ámbar de la orina
- Náuseas y vómitos
- Dolor y/o hinchazón abdominal
- Fatiga y malestar general, que a menudo acompañan a la enfermedad hepática crónica
La determinación de la bilirrubina en recién nacidos con ictericia se realiza de manera rutinaria.
También puede solicitarse la prueba cuando existe una anemia y se sospecha una anemia hemolítica. En este caso, se solicitan otras pruebas de laboratorio para evaluar la hemólisis, como hemograma, recuento de reticulocitos, haptoglobina y lactato deshidrogenasa o LDH.
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¿Qué significa el resultado?
Aumentos de bilirrubina total a expensas principalmente de bilirrubina no conjugada o indirecta suelen deberse a:
- Anemia hemolítica o anemia perniciosa
- Reacción transfusional
- Cirrosis
- Síndrome de Gilbert, trastorno metabólico frecuente debido a niveles disminuidos del enzima que añade moléculas de azúcar a la bilirrubina
Cuando los niveles de bilirrubina conjugada o directa aumentan más que los de la forma no conjugada o indirecta, suele existir un problema asociado a una disminución de la eliminación de la bilirrubina por parte de las células hepáticas, como puede suceder en:
- Hepatitis víricas
- Reacciones a fármacos
- Enfermedad hepática de causa alcohólica
También aumenta más la forma conjugada (directa) de la bilirubina respecto a la no conjugada (indirecta) cuando existen bloqueos u obstrucciones de los conductos biliares, como:
- Presencia de piedras en los conductos biliares
- Tumores
- Lesiones de las vías biliares que acaban por obstruir los conductos
Algunos trastornos hereditarios raros en los que está alterado el metabolismo de la bilirrubina (síndromes de Rotor, de Dubin-Johnson y de Crigler-Najjar) también pueden hacer aumentar las concentraciones de bilirrubina.
Las concentraciones bajas de bilirrubina no tienen relevancia alguna y no suelen controlarse.
Recién nacidos
En recién nacidos pueden existir aumentos de bilirrubina transitorios que se resuelven por sí solos en pocos días o en un par de semanas. No obstante, si la concentración de bilirrubina supera un valor crítico o aumenta de manera muy marcada, es necesario investigar la causa para tratarla cuanto antes mejor. Un aumento de bilirrubina puede ser el resultado de una destrucción acelerada de los glóbulos rojos por una incompatibilidad sanguínea entre la madre y su bebé. Otras causas incluyen algunas infecciones congénitas, hipoxia (falta de oxígeno), trastornos genéticos diversos y enfermedades que pueden afectar al hígado. En la mayoría de estos trastornos solo aumenta la forma no conjugada (indirecta) de la bilirrubina. Se observan aumentos de bilirrubina conjugada (directa) en los casos raros de atresia de vías biliares y de hepatitis neonatal. El objetivo del tratamiento de la atresia de las vías biliares es el de evitar el daño hepático y es quirúrgico.
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¿Hay algo más que debería saber?
A pesar de que la bilirrubina no conjugada puede ser tóxica para el desarrollo del cerebro de los recién nacidos (hasta que tienen de 2 a 4 semanas de vida), en niños mayores y adultos no supone la misma amenaza. En niños mayores y adultos, la barrera hemato-encefálica está más desarrollada e impide que la bilirrubina pase a través de ella y alcance así las células cerebrales. De cualquier forma, una concentración elevada de bilirrubina en niños y adultos debe evaluarse y tratarse.
En orina no suele encontrarse bilirrubina. No obstante, la bilirrubina conjugada es soluble en agua y por lo tanto, cuando sus niveles están aumentados, puede eliminarse del organismo por la orina. La presencia de bilirrubina en orina suele indicar una obstrucción en los conducos hepáticos o biliares, hepatitis o alguna otra enfermedad hepática. La prueba más comúnmente utilizada para detectar bilirrubina en orina es el urianálisis, en el que se emplea una tira reactiva.
La concentración de bilirrubina tiende a ser ligeramente más elevada en hombres que en mujeres.
La concentración de bilirrubina puede aumentar debido al ejercicio físico extenuante.
El fármaco atazanavir hace aumentar los niveles de bilirrubina no conjugada (indirecta). Fármacos que pueden hacer disminuir los niveles de bilirrubina total incluyen barbituratos, cafeína, penicilina y salicilatos a dosis elevadas.
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¿Existe algún tipo de población con predisposición genética para presentar valores anormales de bilirrubina?
Algunas enfermedades hereditarias crónicas son los síndromes de Gilbert, de Dubin-Johnson, de Rotor y de Crigler-Najjar. De todos estos síndromes, el más grave y que puede resultar mortal, es el de Crigler-Najjar. Los otros tres suelen comportarse como enfermedades crónicas leves que pueden agravarse en determinadas circunstancias pero que en general no ocasionan problemas serios de salud. El síndrome de Gilbert es muy común; la anomalía genética se observa en 1 de cada 6 personas pero la mayoría de los que la tienen no presentan aumentos de los niveles de bilirrubina.
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¿Cómo se trata la concentración anormal de bilirrubina y/o la ictericia?
El tratamiento depende de la causa de la ictericia. En los recién nacidos se consigue disminuir los niveles de bilirrubina con fototerapia (terapia especial con luz), con ciertos fármacos y, en casos extremos, con una transfusión sanguínea. En los síndromes de Gilbert, de Rotor y de Dubin-Johnson no suele requerirse ningún tratamiento. El síndrome de Crigler-Najjar puede responder a un tipo de terapia enzimática o puede requerir un transplante hepático. La ictericia causada por una obstrucción se resuelve habitualmente mediante cirugía de la zona del bloqueo. La ictericia debida a cirrosis suele ser consecuencia de un daño hepático prolongado y no responde bien a fármacos; la alternativa es el trasplante de hígado.