Para evaluar los niveles de fósforo en sangre u orina y ayudar en el diagnóstico de trastornos que aumentan o disminuyen sus niveles.
Fósforo
Cuando existe una concentración de calcio alterada; en trastornos renales o en diabetes mal controlada; cuando se están tomando suplementos de calcio o fósforo.
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa o de orina recogida en tiempo controlado, normalmente de 24 horas.
Es posible que se le recomiende estar en ayunas desde la noche anterior.
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¿Cómo se utiliza?
El fósforo suele solicitarse junto con otras pruebas como calcio, PTH y/o vitamina D, y es útil como ayuda al diagnóstico y/o para monitorizar el tratamiento de distintos trastornos que ocasionan alteraciones del equilibrio entre calcio y fósforo.
A pesar de que la mayor parte de determinaciones de fósforo se realiza en sangre, este mineral también puede medirse en orina para monitorizar su eliminación por parte de los riñones.
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¿Cuándo se solicita?
Como la alteración leve de los niveles de fósforo no suele causar síntomas, su análisis a menudo se solicita durante el seguimiento de unos niveles de calcio anormales y/o cuando existen síntomas asociados a desequilibrios del calcio como fatiga, debilidad muscular, calambres y problemas óseos.
El análisis de fósforo se puede solicitar junto con otras pruebas cuando existen síntomas que sugieren alteraciones renales y gastrointestinales.
Si existen trastornos que provocan alteración de los niveles de fósforo y/o calcio, se puede solicitar la determinación de ambos regularmente para monitorizar la eficacia del tratamiento.
En casos de diabetes o si existen signos y/o síntomas de alteraciones del equilibrio ácido-base también se pueden monitorizar los niveles de fósforo.
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¿Qué significa su resultado?
Niveles bajos de fósforo en sangre (hipofosfatemia) se pueden deber o estar asociados a:
- Hipercalcemia (calcio elevado), especialmente a causa de un hiperparatiroidismo
- Sobredosis de diuréticos
- Malnutrición
- Alcoholismo
- Quemaduras graves
- Cetoacidosis diabética (tras el tratamiento)
- Hipotiroidismo
- Hipopotasemia (potasio disminuido)
- Uso de antiácidos de forma crónica
- Raquitismo y osteomalacia (debidos a déficit de vitamina D)
Niveles elevados de fósforo en sangre (hiperfosfatemia) se pueden deber o estar asociados a:
- Insuficiencia renal
- Enfermedad hepática
- Hipoparatiroidismo (PTH disminuida)
- Cetoacidosis diabética (en el momento del ingreso)
- Aumento de la ingesta de fósforo (suplementos de fosfato)
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¿Hay algo más que debería saber?
Niveles anormalmente altos de fósforo pueden ocasionar daño orgánico debido a calcificación por depósitos de fosfato cálcico en órganos y tejidos. No obstante, esta situación es poco frecuente y lo más común es que unos niveles elevados de fosfato se asocien a enfermedad cardiovascular o a osteoporosis.
Los niveles de fósforo suelen ser más altos en niños que en adultos porque sus huesos se están desarrollando. Un nivel bajo de fósforo en niños puede inhibir el crecimiento óseo; niveles elevados de fósforo pueden indicar que existe algún desequilibrio mineral en el organismo.
Ciertos refrescos y la comida precocinada contienen altas cantidades de fósforo; muchos nutricionistas creen que contribuye a un exceso de fósforo en la dieta.
Los niveles de fósforo en sangre y en orina se pueden ver afectados por el uso de enemas y laxantes que contengan fosfato sódico, por suplementos excesivos de vitamina D y por la administración de glucosa por vía intravenosa.
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¿Cómo se sabe que el nivel de fósforo está alterado si no produce síntomas?
Normalmente las alteraciones de los niveles de fósforo se detectan por su relación con el metabolismo del calcio. El calcio se analiza de forma rutinaria en cualquier control médico. Si los valores de calcio son anormales el médico solicitará la determinación de fósforo.
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¿Pueden los vegetarianos cubrir sus necesidades de fósforo sin recurrir a la carne o a los productos lácteos?
Sí, pero el organismo sólo puede aprovechar un 50% del fósforo que se encuentra en vegetales como alubias, lentejas, cereales, cacahuetes y almendras. Esto es así porque las personas carecen de los enzimas necesarios para procesarlo. Una excepción la constituyen los panes que llevan levadura ya que la levadura sí proporciona estos enzimas.