Varicela y herpes zóster

18/10/2020

También conocido como: virus varicela zóster, VVZ, herpes zóster

Nombre sistemático: cultivo del virus varicela zóster, PCR del virus varicela zóster, anticuerpos IgG e IgM del virus varicela zóster

Aspectos generales

¿Por qué hacer el análisis?

Para diagnosticar un episodio de varicela o de herpes zóster actual, reciente o pasado; para demostrar la presencia de inmunidad frente al virus varicela zóster (VVZ) o antes de administrar los fármacos inmunosupresores, para conocer si una infección por VVZ puede reactivarse.

¿Cuándo hacer el análisis?

Cuando se presentan síntomas graves o atípicos y el médico necesita distinguir entre una infección por virus varicela zóster (VVZ) y otras causas; cuando el médico necesita verificar si una persona está inmunizada frente al VVZ; a veces, antes de un trasplante de órgano o cuando un niño, una embarazada o un individuo inmunosuprimido ha estado en contacto con otra persona con varicela.

¿Qué muestra se requiere?

La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa si lo que se desea es medir los anticuerpos del virus varicela zóster (VVZ); para detectar el virus se precisa una muestra del fluido de una ampolla (vesícula), sangre, líquido cefalorraquídeo o cualquier otro líquido o tejido biológico.

¿Es necesario algún tipo de preparación previa?

Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.

¿Qué es lo que se analiza?

La varicela y el herpes zóster están causados por una infección por el virus varicela zóster (VVZ). Este virus forma parte de la familia de los virus del herpes. La prueba frente al VVZ detecta los anticuerpos producidos por el sistema inmune en respuesta a una infección por VVZ o bien detecta el propio virus.

La prueba de la varicela y herpes zóster es útil para detectar y diagnosticar una infección actual o previa con el VVZ. Normalmente no es necesario realizar ninguna prueba para diagnosticar una infección activa, ya que los signos y síntomas permiten identificarla. Sin embargo, en algunas personas con lesiones cutáneas atípicas, la prueba ayuda a confirmar la infección. En ciertos casos, especialmente en las personas que han recibido trasplantes de órganos o en las embarazadas, la prueba de la varicela y herpes zóster puede emplearse para diagnosticar una infección actual o para determinar si estas personas habían desarrollado inmunidad a raíz de una infección previa o de una vacunación.

Antes de la introducción e implantación masiva de la vacuna contra la varicela en el año 1995, prácticamente todos los adultos habían estado infectados por el VVZ. El VVZ está presente en su forma latente en muchos adultos que fueron infectados cuando eran niños, sin embargo según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), la incidencia de nuevos casos de varicela ha disminuido significativamente. Se estima que dos dosis de la vacuna proporcionan una protección efectiva, cercana al 98%; por otra parte, las personas que se infectan suelen presentar síntomas más leves.

El VVZ puede ocasionar varicela en los jóvenes y en adultos no vacunados o que no han estado expuestos al virus previamente. La infección primaria es altamente contagiosa y se transmite fácilmente entre las personas al toser, estornudar o al tocar el fluido de las ampollas cutáneas. En la infección primaria aparece una erupción cutánea con picor a las dos semanas de la exposición al virus; posteriormente, se forman unas pápulas similares a unos granitos, que se transforman en unas pequeñas ampollas (vesículas) rellenas de líquido. Estas vesículas se rompen formando una costra y finalmente cicatrizan. Este proceso se produce en dos o tres brotes de centenares de vesículas en unos pocos días.

Una vez resuelta la infección inicial, el virus pasa a una fase latente y queda acantonado en las células nerviosas sensoriales. La persona infectada desarrolla anticuerpos durante la infección y normalmente estos anticuerpos impiden que se vuelva a contraer la varicela. No obstante, con los años y en personas inmunodeprimidas, el virus puede reactivarse y migra entonces desde las células nerviosas donde estaba acantonado hasta la piel, causando un herpes zóster.

Los síntomas del herpes zóster suelen ser sensaciones dolorosas con quemazón o picor cutáneos, más o menos intensos, en la zona de la cintura, la cara o alguna otra parte del organismo. Normalmente tiene una única localización, aunque puede afectar simultáneamente a distintas zonas del cuerpo. Varios días después del dolor, picor o sensación de hormigueo, aparece una erupción, con o sin vesículas, en la misma localización. En la mayoría de casos, el dolor y la erupción disminuyen en unas pocas semanas y el virus vuelve a pasar a una fase latente. Algunas personas presentan dolor persistente durante varios meses.

Actualmente se dispone de una vacuna que contribuye a disminuir el riesgo de reactivación del virus en forma de herpes zóster en adultos y ancianos, y en el caso de que se desarrolle un herpes zóster, la severidad de los síntomas es menor. En el año 2006, el Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) empezó a recomendar la vacuna frente al herpes zóster a los adultos mayores de 60 años. La vacuna no se recomienda en el caso de que el sistema inmune se encuentre debilitado (inmunosuprimidos).

La mayoría de los casos de varicela y herpes zóster se resuelven sin complicaciones. En los casos en que existe un sistema inmune más débil, como en las personas infectadas por el VIH o en los receptores de trasplantes de órganos, las manifestaciones clínicas pueden ser más graves y durar más tiempo. En algunos casos, el virus puede no pasar a fase latente y diseminarse hacia el sistema nervioso central.

Los efectos sobre el feto de la exposición al VVZ en embarazadas dependen del momento en el que se produce y de si la mujer había estado expuesta previamente al virus. En las primeras 20-30 semanas de gestación, una infección primaria por el VVZ raramente ocasiona trastornos congénitos. Si la infección tiene lugar entre 1 y 3 semanas antes del parto, el bebé puede nacer con la varicela o contraerla después del parto, si bien el bebé estará parcialmente protegido por los anticuerpos maternos. Si un recién nacido queda expuesto al VVZ al nacer y no tiene protección por los anticuerpos maternos, la infección por el VVZ puede ser fatal.

¿Cómo se obtiene la muestra para el análisis?

La obtención de la muestra varía en función de si se quiere determinar la presencia de anticuerpos o si se quiere detectar el virus. Para la determinación de los anticuerpos se extrae la muestra por punción de una vena del antebrazo. La detección del virus puede realizarse en una gran variedad de muestras, entre las que se incluyen el líquido de las vesículas, sangre, líquido cefalorraquídeo u otro fluido o tejido biológico.

Preguntas comunes

¿Cómo se utiliza?

Normalmente, para el diagnóstico de la varicela o de un herpes zóster, causados por el virus varicela zóster (VVZ), no suelen emplearse estas pruebas. Estas enfermedades se diagnostican en base a los signos y síntomas que presenta el individuo. La mayoría de los adultos están infectados por el VVZ. La política de vacunación en los niños difiere entre los países, y en España entre las Comunidades Autónomas (si desea más información, acceda a este enlace). No obstante, en algunos casos como en las embarazadas, recién nacidos, antes de recibir un trasplante de órgano o en la infección por el VIH o en el SIDA, interesa conocer el estado inmunitario de una persona frente a esta infección vírica y por ello se determinan los anticuerpos producidos en respuesta a la infección por el VVZ. Esta prueba puede ser útil para:

  • Determinar si una persona ha estado expuesta al VVZ, ya sea por una infección previa o por una vacunación, y si ha desarrollado inmunidad frente a la enfermedad.
  • Diferenciar entre una infección activa y una previa.
  • Determinar si una persona con síntomas graves o atípicos tiene una infección por el VVZ o bien otro trastorno que tenga síntomas similares.

Existen distintos métodos de estudio de la infección para el virus varicela-zóster, que se describen a continuación.

Detección de anticuerpos

Cuando una persona queda expuesta al virus varicela zóster (VVZ), su sistema inmune responde produciendo anticuerpos frente al virus. En la sangre se pueden encontrar dos tipos de anticuerpos: IgM e IgG.

Los anticuerpos IgM son los primeros que se producen en respuesta a la infección por el VVZ. Normalmente, se detectan al cabo de una o dos semanas después de la exposición. La producción de los anticuerpos IgM aumenta durante un período de tiempo limitado y después disminuye. El título (nivel) de anticuerpos IgM frente al VVZ suele disminuir hasta niveles indetectables, pero en el caso de que se produzca una reactivación de la infección pueden volverse a producir los anticuerpos IgM.

Los anticuerpos IgG se producen al cabo de unas semanas de producirse la infección inicial y proporcionan protección a largo tiempo. Los valores de la IgG aumentan durante la infección activa y se estabilizan cuando la infección se resuelve y el virus pasa a ser inactivo.

Después de estar expuesto al VVZ quedan cantidades detectables de anticuerpos IgG frente al virus durante el resto de la vida. La medida de los anticuerpos IgG e IgM puede resultar útil para confirmar la presencia de una infección reciente o de una previa.

Detección del virus

La detección del supone aislar el virus varicela zóster (VVZ) en la sangre, en un fluido biológico o en un tejido del organismo. Puede realizarse con un cultivo del virus, por la detección del material genético del virus (ADN del VVZ) o con Fluorescencia Directa. La selección del método y de la muestra depende de cada caso.

  • Cultivo del VVZ: no es muy fiable, pueden aparecer resultados falsamente negativos.
  • ADN del VVZ: detecta el material genético del virus, es una prueba sensible que permite identificar y conocer la cantidad de virus presente.
  • Fluorescencia Directa (FDA): con un microscopio especial y empleando unos anticuerpos marcados, se visualiza la presencia del VVZ en las células obtenidas de una lesión cutánea; es una prueba rápida aunque menos específica y sensible que el cultivo del VVZ y la prueba del ADN del VVZ.

¿Cuándo se solicita?

Las pruebas de detección de anticuerpos del virus varicela-zóster (VVZ) se solicitan cuando se desea evaluar el estado inmunitario de una persona, especialmente en los receptores de trasplantes de órganos y embarazadas, y/o identificar una infección reciente.

Las pruebas del ADN del VVZ o el cultivo del virus se solicitan si un recién nacido o un individuo inmunosuprimido presentan síntomas graves y/o atípicos y han estado expuestos al virus, con la finalidad de detectar una infección primaria por el VVZ en el recién nacido, una infección primaria o una reactivación en las personas inmunosuprimidas.

¿Qué significa el resultado?

Los resultados deben interpretarse con precaución y junto con la sintomatología que presenta el individuo. A veces resulta difícil distinguir entre la infección latente o la activa, los motivos pueden ser los siguientes:

  • Una persona infectada por el virus varicela zóster (VVZ) seguirá albergando el virus una vez los síntomas hayan desaparecido. El virus se puede reactivar de manera intermitente, liberándose pequeñas cantidades del virus hacia los distintos fluidos del organismo, pero a menudo sin ocasionar manifestaciones clínicas.
  • En las personas inmunosuprimidas o en bebés la respuesta de producción de anticuerpos frente a la infección puede ser débil, ya que los valores de IgM y de IgG pueden ser menores a los habituales, a pesar de estar pasando una infección activa por el VVZ.
  • Es posible que el virus no se encuentre en suficiente cantidad en la muestra obtenida para realizar el estudio.

Detección de anticuerpos

Si se detectan la IgM e IgG en una persona con síntomas, se supone que la infección es nueva y reciente y tiene varicela, o bien se trata de una reactivación del virus varicela zóster (VVZ) y tiene un herpes zóster.

Si solo se detecta la IgM, la infección puede ser muy reciente. Si un recién nacido presenta anticuerpos IgM se puede decir que presenta una infección congénita por el VVZ. Una persona que tenga síntomas, pero con niveles de IgG y/o de IgM bajos o indetectables, seguramente estará afectada por algún otro proceso distinto a la infección por el VVZ o bien tendrá algún problema con su sistema inmune, ya que no responde adecuadamente y no consigue producir valores detectables de anticuerpos frente al VVZ.

Detección del virus

Una persona sintomática con un resultado positivo en el cultivo del virus varicela zóster (VVZ), probablemente tendrá una infección activa por el VVZ. Si el cultivo es negativo, los síntomas podrían atribuirse a otra causa, o quizás la cantidad del virus en la muestra obtenida para el estudio es insuficiente.

Si la prueba del ADN del VVZ da un resultado positivo, indiscutiblemente se puede afirmar que el virus está presente en la muestra. Los valores elevados de ADN del virus indican la presencia de una infección activa. Los valores bajos indican la existencia de una infección por el VVZ, aunque no tiene por qué asociarse con los síntomas que presenta en ese momento el individuo. Un resultado negativo tampoco descarta una infección por VVZ, porque el virus puede estar presente en cantidades muy bajas o puede no estar presente en la muestra analizada.

¿Hay algo más que debería saber?

Raramente, el virus varicela zóster ocasiona encefalitis.

¿Es contagioso el herpes zóster?

Sí, pero menos que la varicela. Las vesículas de la persona infectada contienen el virus, pero las secreciones respiratorias no suelen contenerlo.

¿Se puede contraer un herpes zóster por estar expuesto a otra persona con síntomas activos de herpes zóster?

No. El herpes zóster suele desarrollarse cuando se ha pasado previamente la varicela. Si no se ha tenido la varicela o no se ha recibido la vacuna, cuando se produce una exposición al virus varicela zóster por contacto con una persona con herpes zóster, se contraerá la varicela, pero no un herpes zóster.

¿Pueden quedar cicatrices por una varicela?

En la mayoría de casos, no. A veces, como las vesículas o ampollas pican, se pueden infectar con bacterias al rascarse, aumentando así la probabilidad de que queden cicatrices.

¿La varicela y el herpes zóster son de distribución mundial?

Sí, las infecciones por el virus varicela zóster pueden producirse en cualquier lugar del mundo.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Citomegalovirus (CMV)

Virus Epstein-Barr anticuerpos

Estados fisiológicos y enfermedades:

Encefalitis

Embarazo

Herpes zóster

VIH

En otras webs:

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad: Vacunas y Programa de Vacunación

KidsHealth: Varicela

Medline: Varicela

Medline: Culebrilla (herpes zóster)

MayoClinic: Varicela

MayoClinic: Zóster

Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC): Información sobre la varicela

Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC). Culebrilla: Prevención y tratamiento


También conocido como:
HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2

Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus del herpes simple (VHS).                  

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