También conocido como: test de coronavirus 2019, prueba de SARS-CoV-2, RT-PCR de COVID-19, prueba de anticuerpos IgG e IgM para COVID-19, prueba de antígeno SARS-CoV-2, prueba Ag SARS-CoV-2
Nombre sistemático: detección por reacción en cadena de la polimerasa a tiempo real (RT-PCR) de ácido ribonucleico (ARN) del coronavirus relacionado con el síndrome respiratorio agudo severo-2 (SARS-CoV-2), serología para SARS-CoV-2, prueba de antígeno para SARS-CoV-2
Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Prueba molecular (RT-PCR): permite diagnosticar la infección por SARS-CoV-2 (COVID-19).
Prueba de anticuerpos (serología): permite detectar los anticuerpos frente a SARS-CoV-2, que indican que la persona ha estado expuesta al virus. Este estudio facilita el seguimiento de la pandemia.
En el momento de la revisión, había 10 pruebas de detección de antígeno para la COVID-19 con el sello CE que cumplen con la legislación europea actual, pero su uso no esta muy extendido. Para más información, consultar el apartado de las preguntas comunes sobre el test de detección de antígeno que se encuentran mas abajo.
¿Cuándo hacer el análisis?
- Prueba molecular: cuando aparecen síntomas de enfermedad por SARS-CoV-2 (COVID-19) o se ha estado en contacto con una persona infectada.
- Prueba de anticuerpos: cuando una persona ha padecido COVID-19 o sospecha que la pudo haber tenido, y su médico desea confirmar que tiene anticuerpos frente al virus.
¿Qué muestra se requiere?
Prueba molecular: para diagnosticar la infección actual, es necesario un frotis nasofaríngeo, por la nariz y/o por la garganta. En ocasiones se puede recoger una muestra de saliva.
Prueba de anticuerpos: se extrae una muestra de sangre venosa. También se puede obtener sangre capilar mediante una punción en la yema del dedo.
¿Es necesario algún tipo de preparación previa?
No se requiere ninguna preparación.
¿Qué es lo que se analiza?
COVID-19 es el nombre de la infección y enfermedad causada por una nueva cepa de coronavirus denominada SARS-CoV-2. Uno de los tipos de pruebas para la COVID-19 detecta el material genético (ARN) del virus en una muestra de las vías respiratorias. Por otra parte, la serología en sangre detecta los anticuerpos creados en respuesta a la infección. La prueba de detección de antígeno detecta proteínas del virus en muestras respiratorias, pero su uso no está muy extendido aún.
El SARS-CoV-2 es un virus nuevo que apareció en diciembre del año 2019 y se extendió por el planeta muy rápidamente, provocando que la Organización Mundial de la Salud declarase el brote como pandémico y el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social español declarase la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional. A medida que la pandemia ha evolucionado, los grupos científicos siguen estudiando el virus y aprendiendo sobre la COVID-19.
Hay siete coronavirus conocidos que pueden infectar a las personas, la mayoría de los cuales producen síntomas respiratorios leves o moderados. Sin embargo, la COVID-19 es más parecida al Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) y al Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS), ya que puede originar una enfermedad más grave y, en algunos casos, causar neumonía e incluso la muerte.
Como el SARS-CoV-2 es un virus nuevo, todas las personas son susceptibles de infectarse, y aún no se puede saber quién podría desarrollar complicaciones graves. Al contrario que la gripe estacional, que también puede causar enfermedad grave o la muerte, no existe actualmente una vacuna ni un tratamiento específico para la infección por SARS-CoV-2.
Alrededor de 1-2 semanas tras el contagio, el cuerpo comienza a producir anticuerpos frente al virus, cuyo nivel va aumentando progresivamente a lo largo del tiempo. Sin embargo, aún no se sabe durante cuánto tiempo se siguen produciendo estos anticuerpos o si protegen frente a la reinfección, proporcionando inmunidad (para más información sobre anticuerpos en general, incluyendo IgG, IgM e IgA, puede consultar artículo sobre Inmunoglobulinas).
Algunas personas infectadas pueden ser asintomáticas o no tener síntomas visibles y, aún así, ser contagiosas, pudiendo transmitir el virus a otras personas (portadores asintomáticos). Los datos previos indican que el 80% de las personas infectadas no desarrollarán síntomas o tendrán una enfermedad de leve a moderada, y se recuperarán en 1-2 semanas. Si los síntomas de la COVID-19 aparecen, habitualmente lo hacen entre los días 2 a 14 después del contacto con el virus. Varios estudios sugieren que el período medio desde la exposición hasta desarrollar la enfermedad (período de incubación) es alrededor de 5 días, y que el 97% de las personas que desarrollan síntomas lo harán en los primeros 11 días.
Los síntomas principales de la COVID-19 son tos, sensación de falta de aire o dificultad para respirar. Otros síntomas pueden ser fiebre, escalofríos, dolores musculares, dolor de cabeza, dolor de garganta y pérdida de los sentidos del gusto y el olfato. Los síntomas pueden aparecer y desaparecer, con períodos tiempo en que la persona enferma se siente mejor. Los niños y bebés generalmente tienen una enfermedad más leve, pero pueden llegar a desarrollar los mismos síntomas que un adulto.
El riesgo de enfermedad grave aumenta con la edad y la presencia de problemas de salud previos, tales como enfermedad cardíaca, pulmonar, hipertensión, diabetes o un sistema inmunitario debilitado. Algunas personas con COVID-19 pueden desarrollar neumonía (infección pulmonar). En los casos más graves, puede ser necesario utilizar un respirador para asegurar unos niveles de oxígeno suficientes. Aunque la COVID-19 es una infección principalmente respiratoria, estudios más recientes indican que puede afectar a otros órganos tales como el corazón, el cerebro o los riñones. En los casos más graves, la COVID-19 puede desembocar en un fallo de los órganos o en la muerte.
Pruebas para la COVID-19
Los signos y síntomas iniciales de la COVID-19 son muy difíciles de diferenciar de los del resfriado común u otras enfermedades respiratorias, por lo que las pruebas son necesarias para ayudar en el diagnóstico de la infección actual o pasada.
- Reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR): la mayoría de las pruebas que buscan la infección actual por SARS-CoV-2 utilizan RT-PCR para detectar el ácido ribonucleico (ARN) del virus en una muestra de las vías respiratorias del paciente. La PCR es un método de laboratorio que se utiliza para crear un gran número de copias de fragmentos de ácido desoxirribonucleico (ADN) aunque se encuentre en muy pocas cantidades en la muestra, de forma que puedan ser detectados. Este proceso se llama “amplificación” del ADN (ver el artículo sobre la PCR para más detalles). La transcripción inversa permite transformar el ARN en ADN para que se pueda amplificar mediante PCR.
- Prueba de anticuerpos en sangre (totales, IgG, IgM) frente al SARS-CoV-2 (serología): estas pruebas detectan los anticuerpos producidos por el sistema inmunitario del cuerpo en respuesta al SARS-CoV-2. La serología de la COVID-19 informa sobre si el paciente ha tenido o no la infección en el pasado. Sin embargo, la prueba de anticuerpos no es el método de elección para diagnosticar una infección actual. Los anticuerpos no aparecen hasta 1-2 semanas después del inicio de la enfermedad, por lo que las pruebas de anticuerpos pueden ser negativas en infecciones recientes.
Existen pruebas rápidas de anticuerpos (llamadas también tests rápidos) que utilizan una muestra de sangre capilar obtenida mediante la punción de la yema del dedo dando resultados positivos o negativos. Para más información sobre anticuerpos, también llamados inmunoglobulinas, ver el artículo sobre inmunoglobulinas.
¿Cómo se recoge la muestra para el análisis?
Una toma de muestras correcta es imprescindible para que el resultado de la prueba para SARS-CoV-2 sea fiable.
- Para la prueba RT-PCR: la muestra ideal se denomina frotis nasofaríngeo. Se recoge haciendo que el paciente levante la cabeza para introducir una torunda (similar a un bastoncillo de los oídos, aunque más larga y fina) suavemente a través de las fosas nasales hasta que se encuentra resistencia (unos 5 cm). Se mantiene en esta posición durante unos segundos, luego se gira varias veces y se extrae. No es doloroso, pero puede ser incómodo, causar lagrimeo o provocar tos. Las guías de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) consideran el uso de otros tipos de muestra cuando el frotis nasofaríngeo no se puede obtener. Entre ellas se encuentra la introducción de una torunda por la boca hasta la garganta (frotis orofaríngeo), o a la entrada de las fosas nasales (frotis nasal). En ocasiones, se realizan juntos un frotis nasofaríngeo y otro orofaríngeo para aumentar las posibilidades de obtener una cantidad suficiente de virus para realizar la prueba. Ambas torundas se pueden enviar al laboratorio en el mismo tubo con un medio de transporte. A veces se puede recoger una muestra de saliva pidiéndole que escupa en un contenedor.
- Para la prueba de anticuerpos: se obtiene una muestra de sangre venosa mediante la punción con una aguja en una vena del brazo, o bien mediante la punción de la yema del dedo y recogiendo unas gotas de sangre.
Preguntas comunes
¿Cómo se utiliza?
La prueba RT-PCR para SARS-CoV-2 se utiliza para diagnosticar la infección por el virus y permite tomar decisiones para prevenir contagios o adecuar el tratamiento.
Las pruebas de detección de anticuerpos (serología) se utilizan para determinar si el paciente ha estado expuesto al SARS-CoV-2 y su cuerpo ha producido anticuerpos frente al virus, incluso aunque no haya llegado a desarrollar síntomas. Los profesionales de la Salud Pública utilizan estas pruebas para monitorizar la expansión de la pandemia actual. Se debe tener en cuenta que la prueba de anticuerpos no es la ideal para diagnosticar una infección actual. Al organismo le puede llevar de una a dos semanas fabricar los anticuerpos tras el contagio, por lo que esta prueba puede salir negativa en infecciones recientes.
¿Cuándo se solicita?
RT-PCR para COVID-19
Esta prueba se solicita cuando existen signos o sintomas que sugieren la infeccion por SARS-CoV-2, especialmente si el paciente ha estado en contacto con una persona infectada o tiene alto riesgo de contagio. El medico puede sospechar que un paciente padece COVID-19 si presenta:
- Fiebre.
- Tos.
- Dificultad para respirar.
- Escalofríos, a veces acompañados de temblores.
- Dolor muscular
- Dolor de cabeza
- Dolor de garganta
- Perdida del sentido del gusto o del olfato
Los CDC proporcionan guías que indican a quién se debería realizar la prueba, pero la decisión última corresponde a los sanitarios y depende del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social o de las Consejerías de Sanidad.
No todo el mundo necesita realizarse la prueba. En la mayoría de los casos, la enfermedad es leve o moderada y los pacientes se recuperan en casa independientemente del resultado de la prueba, por lo que quedarse en casa puede ser más seguro para estos pacientes y para los profesionales de la salud que los atienden, que acudir a un centro sanitario para realizarse la prueba. Además, aún no existe un tratamiento específico para este virus, por lo que los resultados del test no afectarán a la elección de tratamiento por parte del médico. Sin
embargo, el resultado del test sí que permite tomar decisiones sobre si el paciente debería quedarse en casa y evitar el contacto con otras personas, no acudir al trabajo o informar a sus contactos.
Los CDC actualizan regularmente las guías sobre quiénes deberían realizarse las pruebas de forma prioritaria. El listado de prioridades actual se encuentra para su consulta en la web del CDC: pruebas para detectar la COVID-19.
A medida que evoluciona la situación actual, las pruebas RT-PCR se irán ampliando. Por ejemplo, es posible que las personas que necesiten acudir a un hospital por cualquier razón, como por ejemplo una intervención quirúrgica, deban realizarse la prueba. Los resultados
ayudarán a decidir si estos pacientes deben estar aislados durante su ingreso. La prueba también se puede utilizar para el seguimiento de los contactos y el cribado de los profesionales sanitarios, determinando quiénes están infectados en ese momento.
Prueba de anticuerpos (serología)
La prueba de anticuerpos en sangre se solicita cuando el médico desea saber si el paciente ha desarrollado anticuerpos frente al SARS-CoV-2, incluso aunque no haya tenido síntomas. El protocolo para decidir quién debe hacerse la prueba irá cambiando a medida que aumente la disponibilidad de las mismas.
¿Qué significa el resultado?
Prueba RT-PCR
- Un resultado positivo de la prueba RT-PCR significa una alta probabilidad de padecer COVID-19 y ser contagioso. El resultado no puede informar de cuándo o dónde se infectó o la gravedad de sus síntomas.
- Un resultado negativo de la prueba RT-PCR significa una alta probabilidad de no estar infectado en el momento en que se le tomó la muestra, aunque la persona puede haberse infectado más tarde. Si existen síntomas respiratorios, un resultado negativo puede significar que se trata de una enfermedad diferente a la COVID-19 (por ejemplo: gripe).
- Otra posibilidad es que no hubiera suficiente cantidad de virus SARS-CoV-2 en la muestra para que fuera detectable. Esto puede ocurrir, bien por una toma de muestra incorrecta, o bien porque la infección es tan reciente que no hay suficiente cantidad de virus en las vías respiratorias.
Prueba de anticuerpos (serología)
- Un resultado positivo de la prueba de anticuerpos significa que el paciente estuvo infectado por SARS-CoV-2 en el pasado. Ello podría significar que actualmente es inmune al virus y no se puede volver a contagiar. Sin embargo, el SARS-CoV-2 es un virus nuevo y aún existen interrogantes acerca de si una infección previa proporciona inmunidad y, en tal caso, durante cuánto tiempo.
- Un resultado negativo de la prueba de anticuerpos significa que el sistema inmune no ha producido anticuerpos frente a la infección, lo cual probablemente signifique que el paciente no ha estado en contacto con el SARS-CoV-2. Sin embargo, puede tener una prueba de anticuerpos negativa si ésta se ha realizado poco después del inicio de los síntomas y su cuerpo no ha producido aún suficientes anticuerpos para que sean detectados. Los CDC informan de que es necesaria una media de 1-2 semanas desde el contagio hasta que se desarrollan anticuerpos detectables, y puede llevar más tiempo en ciertos individuos.
¿Las personas que hayan estado estado en contacto con una persona con COVID-19 o tengan síntomas respiratorios deben aislarse?
Incluso si no muestra síntomas o no se ha realizado la prueba, los expertos recomiendan el aislamiento durante 14 días en cualquier persona que haya estado expuesta al coronavirus o en contacto estrecho con alguien con COVID-19 confirmada o sospecha. Si no se sabe si hubo exposición pero aparecen signos o síntomas respiratorios, también debería aislarse durante 14 días.
Una persona infectada pero sin síntomas, ¿puede contagiar el virus?
Sí. Algunas personas que se han infectado por SARS-CoV-2 no desarrollan ningún síntoma (son asintomáticas). Sin embargo, pueden ser contagiosas y dispersar el virus (portadores). Es por ello que la cuarentena es importante en cualquiera que haya estado en contacto con alguien con COVID-19, incluso aunque no tenga síntomas.
Una persona sin síntomas, ¿debería hacerse la prueba para el virus?
En situaciones de escasez de pruebas a nivel mundial, los CDC no recomiendan la realización de pruebas para COVID-19 en personas que no tienen síntomas. Esta situación varía en función de la disponibilidad de pruebas.
¿Puedo hacerme la prueba en casa?
Existen pruebas RT-PCR aprobadas que proporcionan un kit para obtener la muestra en casa y enviar al laboratorio para su análisis. Sin embargo, debido a la escasez de recursos, es imprescindible la prescripción de un médico para realizar las pruebas de COVID-19 (Orden SND/344/2020, de 13 de abril, por la que se establecen medidas excepcionales para el refuerzo del Sistema Nacional de Salud y la contención de la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 publicada en el BOE 14 de abril de 2020).
¿Es precisa la prueba RT-PCR para SARS-CoV-2?
A pesar de que los investigadores y los desarrolladores se esfuerzan en que las pruebas sean lo más precisas posible, no existe ninguna prueba 100% perfecta. Las pruebas RT-PCR de COVID-19 son muy específicas para el virus, pero existe una pequeña posibilidad de obtener un falso positivo (dar positivo en la prueba sin estar infectado por el virus). Por otra parte, una RT-PCR negativa significa que probablemente el paciente no se había infectado en el momento en que se recogió la muestra, pero existe la posibilidad de que hubiera un problema durante la recogida, almacenamiento o transporte de la misma, o que no hubiera cantidad suficiente de virus para ser detectado. Esto podría dar lugar a un falso negativo (dar negativo en la prueba a pesar de estar infectado). Para profundizar en este tema, recomendamos el artículo “fiabilidad de las pruebas de laboratorio”.
¿Se debe realizar la RT-PCR varias veces?
Una RT-PCR negativa en una persona con síntomas podría ser justificación para realizar el análisis una segunda vez. El médico decidirá si es necesario que se repita la prueba. Tras una RT-PCR positiva, se podría solicitar la repetición de la prueba transcurrido un tiempo para asegurar que el paciente ha eliminado el virus y ya no puede contagiar a otras personas. El centro de trabajo podría solicitar RT-PCR adicionales en ciertas circunstancias.
¿Cuánto se tarda en obtener el resultado de la RT-PCR?
El tiempo necesario para obtener un resultado de la RT-PCR varía en función del lugar donde se toma la muestra y el laboratorio donde se realiza el análisis. A veces, el laboratorio está en el mismo hospital, pero en otras ocasiones es necesario enviar la muestra a un laboratorio externo. También puede suceder que el laboratorio se encuentre saturado y el tiempo que tarde en realizar la prueba desde que recibe la muestra sea mayor. Por tanto, se puede recibir el resultado en 24 horas o bien puede llegar a demorarse entre 5 y 10 días.
¿Qué ocurre si doy positivo para el virus?
Quien sea positivo en la prueba debe seguir una serie de medidas para evitar que el virus SARS-CoV-2 se disemine.
- Quedarse en casa, salvo que necesite atención médica. Pedir a otras personas que realicen las actividades esenciales, tales como ir a la compra.
- Mantenerse en contacto con su médico y vigilar sus síntomas. Si los síntomas empeoran, llamar a su médico.
- Si aparece dificultad para respirar u otros síntomas graves, buscar atención médica inmediatamente.
- Mantenerse lejos de otras personas convivientes y, si es posible, no compartir el baño con ellas.
- Cubrirse con el codo o con un pañuelo al toser o estornudar. Lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia.
- Desinfectar con frecuencia las superficies de su vivienda. Las zonas donde esté en aislamiento deben desinfectarse a diario (ver las indicaciones del CDC sobre cómo limpiar y desinfectar su casa).
- Si necesita acudir a su médico, llamar primero por teléfono para que se puedan organizar y proteger a otros pacientes que no tienen el virus. Acudir con mascarilla y esperar manteniendo la distancia de seguridad con las demás personas.
Información más detallada en la página sobre la COVID-19 de la web del CDC: qué hacer si está enfermo.
Ante una persona con RT-PCR positiva, ¿se debería analizar a la familia o personas que convivan con ella?
Es posible que deban hacerse la prueba para la COVID-19 si cumplen los criterios para ello: tener síntomas o alto riesgo de complicaciones si se contagian.
¿Qué es la prueba para el antígeno de coronavirus?
La prueba de antígeno de SARS-CoV-2 detecta proteínas propias de este virus en muestras respiratorias. La principal ventaja de las pruebas de antígeno es que se puede obtener un resultado en minutos, son más sencillas de realizar que la RT-PCR y en ocasiones se pueden realizar directamente en la consulta. Sin embargo, no son tan sensibles como la RT-PCR, por lo que un resultado negativo no descartaría la infección. Existen 10 pruebas de detección de antígeno para la COVID-19 con el sello CE que cumplen con la legislación europea actual, pero su uso no está muy extendido.
¿Cómo se trata la COVID-19?
No existe un tratamiento antiviral para la COVID-19. El tratamiento se basa en medidas de soporte que permitan aliviar los síntomas. Estas medidas incluyen analgésicos como el paracetamol, medicamentos para la tos, descansar y mantener la hidratación. En los casos graves se precisa tratamiento hospitalario y el uso de oxígeno. Ante síntomas graves, tales como la dificultad para respirar, se debe acudir a su médico inmediatamente.
Los equipos de investigación están buscando continuamente otras opciones de tratamiento, tales como fármacos que se usan para otras enfermedades, antivirales desarrollados para otros virus o plasma rico en anticuerpos de personas que han pasado la COVID-19, llamado plasma hiperinmune.
¿Cuándo habrá una vacuna disponible?
Actualmente ya existen varias vacunas para la COVID-19. Existen numerosas vacunas más que se encuentran en fase de ensayo clínico. Los plazos para la aprobación de las vacunas son largos.
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En otras webs:
Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC): Espacio COVID-19
Sociedad Española de Virología: Preguntas y respuestas sobre COVID-19 y SARS-CoV-2
Sociedad Española de Inmunología: Noticias sobre COVID-19
Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social: Enfermedad por nuevo coronavirus
Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQC-ML): Los profesionales del Laboratorio en lucha contra la pandemia.
Salud Navarra: Medidas preventivas actuales (infografías)
Clinical Chemistry: SARS-CoV-2 Serology: Much Hype, Little Data
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