Cáncer testicular

20/5/2017

¿En qué consiste?

El cáncer testicular consiste en una proliferación anormal e incontrolada de células que forman un tumor en uno o en ambos testículos. Los varones tienen dos testículos (testes o gónadas) situados dentro del escroto, que es una bolsa de piel que cuelga libremente debajo del pene. Los testículos son del tamaño de una pelota de golf y son los responsables de producir esperma, así como las hormonas masculinas (principalmente testosterona), reguladoras del desarrollo de los órganos reproductores y del proceso de maduración masculinos.

El cáncer testicular suele afectar a varones jóvenes o de edad media. Aproximadamente la mitad de los casos se registra entre los 20 y 35 años, y la edad promedio del diagnóstico es de 33 años. En España se diagnostican entre 2 y 3 casos de cáncer de testículo por cada 100.000 habitantes y por año.

Aunque no se conocen las causas exactas de cáncer de testículo, los hombres caucásicos presentan un mayor riesgo que los africanos, hispánicos, o de origen asiático.

Entre otros factores de riesgo se incluyen:

  • Testículos no descendidos (criptorquidia).
  • Disgenesia gonadal (desarrollo anormal de los testículos).
  • Antecedentes familiares (padre, hermano) de cáncer testicular.
  • Antecedentes personales de cáncer en el otro testículo.
  • Infección por el VIH.

El cáncer testicular es uno de los cánceres más tratables, y experimenta una tasa de supervivencia a los 5 años del 99% en los casos en los que el cáncer está localizado (no se ha extendido más allá del testículo). Sin embargo, en caso de no diagnosticarse ni tratarse,  la mayoría de casos presenta una diseminación hacia el otro testículo inicialmente, y posteriormente hacia otras partes del organismo, como ganglios linfáticos y órganos vitales como los pulmones. La detección precoz y el tratamiento son decisivos para un resultado favorable.

Acerca del cáncer testicular

Tipos

Tumores de células germinales

Los tumores de células germinales afectan a las células productoras del esperma y representan más del 90% de los cánceres testiculares. Estos cánceres se clasifican en dos categorías que ocurren con frecuencia similar: seminomas y no seminomas. Se puede dar el caso que un tumor de células germinales albergue tejido seminomatoso y no seminomatoso simultáneamente.

  • Seminomas: suelen ser menos agresivos, tienden a crecer lentamente y normalmente no metastatizan. Entre los seminomas se distinguen los de tipo clásico (o típicos) que representan alrededor del 90% de seminomas y los espermatocíticos, que son mucho más raros y suelen afectar a varones de mayor edad.
  • No seminomas: incluyen cuatro tipos: tumores del saco vitelino, teratomas, carcinomas embrionarios y coriocarcinomas. Los tumores no seminomatosos aparecen a edades más tempranas, y suelen crecer y diseminarse más rápidamente que los seminomas.

Tumores de células del estroma

Representan menos del 5% de todos los cánceres testiculares en adultos pero cerca del 20% de los de los niños. Estos tumores del estroma se forman en los tejidos que sostienen los testículos y producen hormonas. Suele tratarse de tumores benignos. Los dos tipos principales de tumores del estroma son:

  • Tumores de células de Leydig: se forman en las células productoras de hormonas masculinas, como la testosterona. A veces pueden producir también hormonas femeninas como estrógenos; en estos casos el afectado puede experimentar un aumento de volumen mamario.
  • Tumores de células de Sertoli: afectan las células productoras del esperma.

A veces, otros tipos de cáncer, como el linfoma, pueden diseminarse desde otras partes del organismo hacia los testículos. No obstante, como no se trata de un cáncer de testículos, el tratamiento es diferente.

Signos y síntomas

Normalmente, en el cáncer testicular, el primer signo que se detecta es una protuberancia o una inflamación no dolorosa en uno de los testículos. La mayoría de las veces lo detecta el propio individuo, pero también puede detectarlo el médico durante un chequeo de rutina o en la evaluación de una infertilidad.

A pesar de no ocasionar signos ni síntomas, en algunos casos sí pueden aparecer:

  • Sensación de pesadez o acumulación repentina de fluido en el escroto.
  • Dolor sordo en el abdomen o en la ingle.
  • Dolor en un testículo.
  • Desarrollo excesivo de tejido mamario con aumento de sensibilidad (dolor) en esa zona.
  • Pubertad precoz con signos como voz más grave y/o aumento de la vellosidad facial y corporal.

Estos signos y síntomas pueden también deberse a otras situaciones distintas al cáncer.

Detección precoz

No existen pruebas de cribado del cáncer testicular. Por ahora no se dispone de estudios que avalen que en varones asintomáticos, la autoexploración de los testículos, los controles médicos periódicos o pruebas complementarias permitan disminuir el riesgo de morir por este tipo de cáncer.

  • Algunos especialistas recomiendan a todos los varones entre 15 y 55 años de edad, una autoexploración mensual de los testículos para identificar cualquier posible anomalía.
  • La mayor parte de especialistas comparte la opinión de realizar una exploración testicular en cualquier revisión o control médico rutinario.
  • Los varones con mayor riesgo de desarrollar cáncer testicular son los que más se pueden beneficiar de la autoexploración mensual.

Si desea conocer como se realiza una autoexploración testicular, acceda a este enlace.

Pruebas relacionadas

El objetivo de estas pruebas consiste en:

  • Detectar y diagnosticar el cáncer testicular.
  • Distinguir entre los distintos tipos de cáncer.
  • Determinar si existe diseminación, y en caso afirmativo, qué órganos y tejidos han resultado afectados.
  • Monitorizar la efectividad del tratamiento y monitorizar posibles recaídas (recurrencias).

El diagnóstico del cáncer de testículo empieza con una buena historia clínica y un examen físico exhaustivo con el objetivo de:

  • Evaluar si existe dolor, endurecimiento o inflamación testicular.
  • Examinar los ganglios linfáticos localizados en ingles, abdomen, caja torácica y cuello y verificar si están inflamados o endurecidos.
  • Evaluar si existe un aumento del tamaño del hígado.
  • Examinar la zona pectoral y los pezones para verificar si se ha producido un aumento de tamaño o si existe dolor a la palpación.

El médico realizará una historia clínica detallada dirigida a identificar cualquier posible factor de riesgo de desarrollar cáncer testicular, interesándose por los antecedentes familiares.

Pruebas de laboratorio

A pesar de que no existe una prueba de laboratorio específica para detectar el cáncer testicular, puede solicitarse la medida de ciertas proteínas conocidas como marcadores tumorales:

Los tumores del estroma (derivados de células de Leydig y de células de Sertoli) no producen AFP ni hCG.

  • LDH o lactato deshidrogenasa: puede estar elevada en la mayoría de los cánceres testiculares. La LDH es una enzima localizada en muchos tejidos del organismo y se libera al torrente sanguíneo cuando existe una lesión celular. Aunque no es específica del cáncer de testículo, en muchos casos aporta información adicional que puede ser de gran utilidad

Cuando se detectan masas en los testículos se suele recomendar extirpar la totalidad del mismo. Después de la cirugía se mide de nuevo los niveles de los marcadores tumorales: si siguen estando aumentados puede ser indicativo de que el tumor se ha extendido a otras partes del organismo.

La determinación de los marcadores tumorales puede ser útil en la monitorización de la respuesta al tratamiento, así como para detectar recurrencias de la enfermedad.

Pruebas ajenas al laboratorio

Cuando se sospecha la existencia de un tumor testicular, se suele realizar ya en la evaluación inicial una ecografía. Esta técnica utiliza ondas sonoras que permiten visualizar la presencia, el tamaño y la consistencia de una posible masa tumoral. Además, es útil para diferenciar entre el cáncer y otros trastornos, como algunas infecciones o anomalías estructurales del testículo.

Otros procedimientos diagnósticos

Examen histológico

El procedimiento estándar para confirmar el diagnóstico de un cáncer testicular consiste en la extirpación del testículo afectado. Un especialista examinará el material extraído detalladamente.

Normalmente se realiza una orquiectomía inguinal que consiste en una pequeña incisión en la ingle. Además de ser necesaria para establecer el diagnóstico definitivo, la extirpación del testículo es el tratamiento de elección en la mayor parte de cánceres testiculares. Se extirpan el testículo y el cordón espermático; este último contiene el vaso deferente, así como vasos sanguíneos y linfáticos, y podría constituir una vía de diseminación de las células cancerosas hacia otras partes del organismo.

Otras pruebas basadas en la imagen

Una vez establecido el diagnóstico, es necesario evaluar si el tumor puede haber afectado a otros tejidos y órganos, y por ello se solicita:

  • Radiografía de tórax.
  • Tomografía computarizada (TC) de abdomen, pelvis y tórax.

Estas pruebas también son útiles en la monitorización de la respuesta al tratamiento y en la detección de recurrencias del cáncer testicular.

Tratamiento

En el tratamiento del cáncer testicular generalmente se aplica una combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia.

La extirpación quirúrgica del testículo es necesaria para establecer el diagnóstico definitivo pero sirve además como tratamiento de primera línea. En función del tipo y grado de extensión del cáncer, se extirpan también ganglios linfáticos abdominales.

La radioterapia es un tratamiento común utilizado posteriormente a la cirugía, especialmente en los seminomas. Estos tumores son particularmente sensibles a la radioterapia, a diferencia de los no seminomatosos, que tienden a ser más resistentes. El objetivo de la radioterapia es el de destruir cualquier célula cancerosa que haya podido quedar en ganglios linfáticos del abdomen.

La quimioterapia puede ser útil después de la cirugía, aunque a veces se utiliza previamente a la cirugía para reducir el tamaño del tumor. Este tipo de tratamiento es especialmente útil en cánceres testiculares que se han extendido más allá del testículo o que presentan un elevado riesgo de recurrencia.

El tratamiento del cáncer testicular está en continuo desarrollo. Se han hallado ciertas mutaciones en el ADN de células cancerosas testiculares en personas que no han respondido a la quimioterapia. Estos hallazgos permiten identificar a los individuos que no se beneficiarán de un determinado tipo de quimioterapia y por otra parte, pueden facilitar el desarrollo de nuevos fármacos específicos (dianas terapéuticas).

Debe tenerse en cuenta que al diagnóstico de un cáncer testicular se le añade la preocupación de que, a consecuencia del tratamiento, se deriven efectos no deseados en el individuo, como modificación del aspecto físico, de la apetencia y rendimiento sexual, y de la posibilidad de generar descendencia.

Enlaces

College of American Pathologists: How to Read Your Pathology Report

National Cancer Institute: Testicular Cancer

American Cancer Society: All about Testicular Cancer

American Academy of Family Physicians: Testicular Cancer, What to look for

American College of Radiology: RadiologyInfo Ultrasound Imaging of the Scrotum

Kidshealth.org: How to perform a testicular self-examination

Urology Care Foundation: Testicular Cancer

Pregúntenos

Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.
Pregúntenos image