Asma

4/2/2017

¿En qué consiste?

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a los pulmones. Se caracteriza por la constricción reversible, o parcialmente reversible, de los bronquios. Los bronquios son conductos musculares que conducen el aire a través de los pulmones, llegando hasta las vías respiratorias más pequeñas llamadas bronquiolos.

Cuando se sufre asma, las paredes de las vías respiratorias se inflaman y se hinchan. Esta reacción dificulta el paso del aire, lo que puede causar la aparición de sibilancias (respiración ruidosa), dificultad respiratoria o tos. Los episodios o ataques agudos de asma aumentan este efecto constrictor de la musculatura de los bronquios, y producen cantidades excesivas de moco. El diámetro de los bronquios puede disminuir hasta tal punto que la cantidad de aire que puede pasar es mínima. Esto provoca que la persona afectada, además de presentar tos y sibilancias, sienta una opresión en el pecho, así como una gran dificultad para respirar. Aunque no se conoce exactamente la causa que los desencadena, los ataques de asma pueden tener lugar en cualquier momento, pero son más frecuentes durante la noche y la mañana. Si estos ataques son graves, pueden llegar a poner en peligro la vida del individuo, generalmente requiriendo atención médica inmediata.

Aproximadamente un 5% de adultos padece asma. En los niños, el asma es una de las enfermedades crónicas más frecuentes. Antes de la pubertad, la incidencia es mayor en niños que en niñas. Después de esta etapa, la situación se invierte. Su prevalencia es superior en las áreas urbanas que en las áreas rurales, y es también mayor en las personas de ascendencia africana e hispana que en caucásicos. Actualmente, aunque el asma no se puede prevenir ni curar, es una enfermedad controlable, y la mayoría de la gente que la padece puede llevar una vida activa y prácticamente con total normalidad.

Acerca del asma

Causas:

La causa exacta del asma es desconocida, pero se sabe que se trata de una compleja interacción de diferentes factores. Parece que el problema subyacente está asociado a la liberación de moléculas inflamatorias por parte de células situadas en los bronquios, en respuesta a distintos desencadenantes. Los factores desencadenantes de los ataques de asma son ligeramente diferentes para cada persona. Entre ellos se incluyen:

  • Alérgenos: como polen, pelos o piel de animales, polvo/esporas, alimentos.
  • Sustancias: como productos de limpieza, de peluquería, algunos pegamentos, el humo u otros productos químicos.
  • Ejercicio.
  • Estrés y respuestas emocionales intensas.
  • Exposición al frío.
  • Algunos fármacos: como betabloqueantes o ácido acetilsalicílico.

Signos y síntomas

El asma se divide en cuatro categorías, en función de la gravedad y frecuencia de los síntomas:

  • Leve intermitente.
  • Leve persistente.
  • Moderada persistente.
  • Grave persistente.

Los individuos con asma de tipo leve intermitente generalmente solo presentan episodios de forma esporádica, sin presentar síntomas en ningún otro momento. Los individuos con asma de tipo grave persistente generalmente necesitan tomar, diariamente, varios fármacos para poder controlar la enfermedad.

Otros trastornos y enfermedades pulmonares pueden tener síntomas similares al asma, coexistir con él y/o exacerbarlo. Así, el reflujo gastroesofágico (sensación de acidez) puede desencadenar o empeorar los episodios de asma en ciertos individuos.

Pruebas relacionadas

El objetivo principal de las pruebas que se realizan inicialmente es diagnosticar la enfermedad y evaluar su gravedad. Estas pruebas pueden solicitarse para diferenciar el asma de otras enfermedades que presentan síntomas similares, así como para identificar la presencia de trastornos, como alergias, con capacidad de desencadenar o agravar los episodios de asma. Algunos de los objetivos de las pruebas de seguimiento son monitorizar la función pulmonar y controlar el asma, así como evaluar y solventar los ataques, e identificar y tratar las complicaciones y efectos secundarios que puedan aparecer.

En el año 2020, el National Asthma Education and Prevention Program (NAEPP) del National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI) publicó el Asthma Management Guidelines: Focused Updates 2020 para el diagnóstico y tratamiento del asma. Estas directrices están destinadas a ser una ayuda en el diagnóstico y seguimiento de las personas con asma. Se centran en la evaluación y el seguimiento de la enfermedad, en la educación de los individuos implicándolos en la participación en el control de su enfermedad, controlando los factores medioambientales que pueden desencadenar o exacerbar los ataques de asma; también se centran en las indicaciones acerca del uso de los medicamentos adecuados.

Pruebas de función pulmonar y estudios de imagen

Son las principales pruebas que se realizan para el diagnóstico, evaluación y seguimiento del asma.

Diagnóstico

Para el diagnóstico del asma, las guías de la NAEPP recomiendan:

  • Una historia clínica y un examen físico exhaustivos: centrándose en el tórax y en las vías respiratorias.
  • Una espirometría (en mayores de 5 años): para evaluar el estrechamiento u obstrucción de las vías respiratorias. Esta prueba mide la cantidad y la tasa de expulsión de aire mientras el individuo sopla a través de un tubo y es útil para comprobar que la obstrucción de las vías aéreas es reversible, o parcialmente reversible, con la inhalación de un broncodilatador de acción corta.
  • Pruebas de provocación bronquial: inducen la constricción de los bronquios, realizando ejercicio, o aplicando aire frío, metacolina o histamina.
  • Otras pruebas de función pulmonar y/o radiografías de tórax.
  • Pruebas adicionales: cuando sea necesario descartar otras posibles causas de los síntomas u otros diagnósticos, como fibrosis quística, infecciones pulmonares como la tuberculosis y el reflujo gastrointestinal.

Evaluación y seguimiento

  • Espirometría: para evaluar la función pulmonar.
  • Determinación del pico de flujo espiratorio (PFE): mide la capacidad de los pulmones para expulsar el aire o la velocidad a la que puede ser exhalado el aire. Esta prueba utiliza un pequeño dispositivo, conocido como medidor de flujo espiratorio, que el individuo puede utilizar en su casa para monitorizar la función pulmonar.
  • Oximetría de pulso: método no invasivo para la monitorización continua de la saturación de O2; puede utilizarse en una unidad de urgencias o en un hospital para evaluar el estado de oxigenación.
  • Radiografía de tórax.
  • Prueba del óxido nítrico exhalado: mide el óxido nítrico en aire espirado; sus concentraciones aumentan si existe inflamación de las vías aéreas, como en las personas con asma, y pueden aumentar y disminuir en función de la eficacia del tratamiento antiinflamatorio. Aunque esta prueba puede ser útil para la orientación del tratamiento, las guías de la NAEPP todavía no recomiendan su utilización, por lo que su uso todavía no está muy extendido.

Para mas información sobre otras pruebas de función pulmonar acceda a este enlace.

Pruebas de laboratorio

Las pruebas de laboratorio se utilizan para ayudar a descartar los trastornos que causan síntomas similares a los del asma, para identificar las alergias que puede presentar el individuo, así como para identificar y evaluar las complicaciones que puedan aparecer. Durante los ataques de asma graves, las pruebas pueden solicitarse para evaluar y monitorizar la función de los órganos, los valores de la concentración de oxígeno, y el equilibrio ácido-base del organismo. Entre estas pruebas se incluyen:

  • Pruebas de alergia: específicas para los alérgenos sospechosos de causar los síntomas, como los ácaros del polvo, el moho, pelos de animales domésticos y el polen; pueden solicitarse para ayudar a identificar los factores desencadenantes del asma.
  • Gases en sangre: a partir de una muestra de sangre arterial se evalúa el pH, la saturación de oxígeno y el dióxido de carbono; puede solicitarse durante un ataque de asma.
  • Hemograma: para evaluar las células sanguíneas y evaluar si existe infección o inflamación.
  • Perfil metabólico completo: para evaluar la función de distintos órganos.
  • Monitorización de fármacos en sangre: si el individuo toma alguna medicación.

El médico considerará los resultados de todas las pruebas, así como la historia clínica, los antecedentes familiares, los factores de riesgo asociados a otras enfermedades y la exploración física. En función de lo que observe, es posible que solicite otras pruebas adicionales, como:

  • Pruebas de fibrosis quística, como la prueba del cloruro en sudor, tripsinógeno y/o quimotripsina: para descartar la presencia de esta enfermedad.
  • Cultivo de esputo: para diagnosticar infecciones pulmonares causadas por bacterias.
  • Cultivo de micobacterias: para diagnosticar si existen infecciones por micobacterias tuberculosas y no tuberculosas.
  • Biopsia pulmonar: para evaluar el daño en el tejido pulmonar y la presencia de cáncer.
  • Citología del esputo: solicitada de forma ocasional para evaluar las células de los pulmones; los eosinófilos y neutrófilos (dos tipos de leucocitos o células de la serie blanca de la sangre) pueden estar aumentados en la inflamación asociada a asma.

Si desea más información acerca de otras pruebas de laboratorio que pueden realizarse, consultar el artículo sobre enfermedades pulmonares.

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento del asma son:

  • Prevenir o minimizar el número de ataques de asma que presenta el individuo.
  • Solucionar los ataques de asma de forma rápida y disminuir las hospitalizaciones, así como el número de veces que se debe acudir a los servicios de urgencias.
  • Conseguir y mantener un buen control de la enfermedad.
  • Minimizar y retardar la progresión del daño pulmonar.
  • Identificar, tratar, y solucionar, siempre que sea posible, las situaciones que agravan la enfermedad y las complicaciones asociadas a ella, o los efectos secundarios de los medicamentos administrados.
  • Educar a las personas con asma y convertirlas en parte integral de su propio tratamiento.
  • Fomentar un estilo de vida activo y normal.

La prevención de los episodios de asma consiste en intentar evitar aquellas sustancias que desencadenan los episodios, con un buen control de la enfermedad, y en reconocer y hacer frente a los primeros signos de un ataque inminente.

El tratamiento del asma se adapta a cada individuo en particular y depende de la gravedad de la enfermedad. Incluso las personas con asma de tipo leve intermitente, pueden presentar ocasionalmente episodios agudos graves. Se pautan fármacos para disminuir la inflamación de las vías aéreas y/o para relajar la musculatura que rodea a los bronquios para así facilitar la respiración. Se debe realizar un control tanto a largo como a corto plazo.

  • Los medicamentos de acción retardada se suelen tomar diariamente para intentar prevenir las crisis de asma.
  • Los medicamentos de acción rápida se emplean según sea necesario, para aliviar los síntomas durante la crisis asmática.

Las personas con asma deben colaborar con el médico para comprender la enfermedad y controlarla, ya sea la suya o la de sus hijos, así como para poder seleccionar los fármacos más adecuados para cada caso y que se tomarán a largo plazo. Se debe desarrollar un plan de tratamiento que sirva de guía para el control diario de la enfermedad, para el momento en que aparece un ataque de asma, y como ayuda para determinar cuando es necesario buscar atención médica. El médico considerará el cuadro clínico del individuo, así como los medicamentos que está tomando, para determinar así la mejor opción de tratamiento. Si desea información detallada sobre los medicamentos para el asma y su utilización acceda a este enlace.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Pruebas de alergia

Gases en sangre

Hemograma

Inmunoglogulina E (IgE)

Estados fisiológicos y enfermedades:

Enfermedades pulmonares

Alergias

Fibrosis quística

En otras webs:

Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC): Asma

MayoClinic: Asma

Medline: Asma

National Heart Lung and Blood Institute (NIH): ¿Qué es el asma?

KidsHealth: Asma

American Lung Association: Asthma

American Academy of Allergy Asthma and Immunology (AAAAI): Childhood Asthma

John Hopkins Medicine: Pulmonary Function Laboratory




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