¿En qué consiste?
El cáncer de ovario aparece cuando las células del ovario empiezan a multiplicarse de manera descontrolada. Los ovarios son unas glándulas esenciales para la reproducción sexual. Se localizan a ambos lados del útero en la parte baja del abdomen. Tienen dos funciones principales:
- Producir estrógenos y progesterona, que son hormonas responsables del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios responsables de regular el ciclo reproductivo.
- Permitir durante la época fértil de la vida de una mujer, que cada mes un óvulo avance hasta las trompas de Falopio.
El cáncer de ovario representa la quinta causa de muerte por cáncer en las mujeres. Según la American Cancer Society (ACS), afecta a una de cada 75 mujeres. Tiene una elevada mortalidad. Otros cánceres ginecológicos más prevalentes, como los de útero y cérvix (o cuello de útero), tienen una mortalidad menor ya que se detectan más fácilmente. Actualmente, cerca de un 20% de los cánceres de ovario se detecta en estadios iniciales, antes de que se haya producido una diseminación hacia otras estructuras u órganos.
Los tumores del ovario pueden ser benignos o malignos. No suele saberse si un tumor ovárico es benigno o maligno hasta que no se dispone del resultado de la biopsia, hasta que no se extirpa el tumor o hasta que no se detecta que el tumor ya se ha propagado a otras zonas del organismo. Se describen tres tipos de tumores:
- Tumores epiteliales: su desarrollo tiene lugar en las células epiteliales que recubren la parte más externa de los ovarios.
- Tumores de células germinales: menos del 2% de todos los tumores ováricos. Derivan de las células encargadas de producir los óvulos y se observan más a menudo en mujeres jóvenes.
- Tumores de células del estroma: cerca del 1% de todos los tumores ováricos. Derivan de las células del tejido conectivo encargadas de producir estrógenos y progesterona.
A pesar de que los tumores benignos no metastatizan, los malignos suelen diseminarse si no se diagnostican ni tratan a tiempo. Las células cancerosas se propagan primero por todo el ovario, y posteriormente alcanzan el útero, vejiga urinaria, recto y abdomen. Las células cancerosas pueden afectar a los ganglios linfáticos y acabar extendiéndose por todo el organismo.
Acerca del cáncer de ovario
Síntomas
El motivo principal por el que el cáncer de ovario no suele detectarse es porque no se dispone de ninguna prueba de cribado fiable, y porque los signos y síntomas suelen ser sutiles e inespecíficos:
- Molestias abdominales, presión e hinchazón abdominal.
- Necesidad repentina de orinar y/o cambios en los ritmos de las deposiciones.
- Dolor y molestias pélvicas.
- Pérdida de apetito, indigestión, gases o náuseas.
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo del cáncer de ovario es tener antecedentes familiares (por parte de la madre o del padre) positivos. Un antecedente familiar de cáncer de ovario por vía materna o paterna aumenta el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Según la American Cancer Society, entre un 5% y un 10% de cánceres de ovario se desarrolla por la existencia de una predisposición genética hereditaria.
Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 se asocian con un riesgo significativamente aumentado de desarrollar cáncer de ovario. En el caso de BRCA1 se estima que el riesgo es de 35-70% y en el de BRCA2 del 10-30%. Las mujeres sin estas mutaciones presentan un riesgo del 2%.
La prevalencia de cáncer de ovario es baja en mujeres jóvenes (menores de 40 años) pero aumenta con la edad. La mitad de casos de cáncer de ovario se produce en mujeres mayores de 63 años. La mayor parte de casos acontece después de la menopausia. El cáncer de ovario es más común en mujeres de origen caucásico.
El riesgo de desarrollar cáncer de ovario está aumentado en mujeres con antecedentes personales de cáncer de mama. El riesgo también es mayor si la mujer no ha tenido hijos, si toma fármacos para aumentar la fertilidad, si es o ha sido obesa o bien si recibe un tratamiento hormonal sustitutivo. Por otro lado, el riesgo es menor si existen antecedentes de ligadura de trompas, si se han tomado contraceptivos orales, si se han tenido hijos, si se les ha amamantado o si se se sigue una dieta baja en grasas.
Pruebas relacionadas
El principal factor de riesgo del cáncer de ovario es tener antecedentes familiares (por parte de la madre o del padre) positivos. Un antecedente familiar de cáncer de ovario por vía materna o paterna aumenta el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Según la American Cancer Society (ACS), entre un 5% y un 10% de cánceres de ovario se desarrolla por la existencia de una predisposición genética hereditaria.
Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 se asocian con un riesgo significativamente aumentado de desarrollar cáncer de ovario. En el caso de BRCA1 se estima que el riesgo es de 35-70% y en el de BRCA2 del 10-30%. Las mujeres sin estas mutaciones presentan un riesgo del 2%.
La prevalencia de cáncer de ovario es baja en mujeres jóvenes (menores de 40 años) pero aumenta con la edad. La mitad de casos de cáncer de ovario se produce en mujeres mayores de 63 años. La mayor parte de casos acontece después de la menopausia. El cáncer de ovario es más común en mujeres de origen caucásico.
El riesgo de desarrollar cáncer de ovario está aumentado en mujeres con antecedentes personales de cáncer de mama. El riesgo también es mayor si la mujer no ha tenido hijos, si toma fármacos para aumentar la fertilidad, si es o ha sido obesa o bien si recibe un tratamiento hormonal sustitutivo. Por otro lado, el riesgo es menor si existen antecedentes de ligadura de trompas, si se han tomado contraceptivos orales, si se han tenido hijos, si se les ha amamantado o si se se sigue una dieta baja en grasas.
Pruebas de laboratorio
- CA-125 o antígeno carbohidrato 125: aunque no se recomienda como prueba de cribado, se trata de la principal prueba de laboratorio empleada para detectar y monitorizar el cáncer de ovario en mujeres sintomáticas.
- Proteína del epidídimo humano (HE4): es otro marcador tumoral de introducción más reciente; se emplea para monitorizar el cáncer epitelial de ovario en mujeres en tratamiento.
- Mutaciones del gen BRCA (BRCA-1 y BRCA-2): son pruebas genéticas que permiten determinar si una mujer presenta mayor riesgo de desarrollar cáncer de ovario, pero no se emplean con finalidades diagnósticas ni de monitorización.
Otras pruebas que pueden solicitarse para detectar y monitorizar distintos tipos de tumores de ovario incluyen:
Tumores epiteliales:
- Antígeno carcinoembrionario (CEA): menos específico y sensible que CA-125; no indicado su uso rutinario.
Tumores de células germinales:
- Lactato deshidrogenasa (LDH).
Tumores de células del estroma:
- Inhibina.
Otras pruebas diagnósticas (ajenas al laboratorio)
Son pruebas que se emplean para evaluar anomalías e incluyen:
- Ecografía (pélvica y/o transvaginal): permite detectar aumento del tamaño del ovario y saber si dicho aumento es atribuible a un tumor o a un quiste líquido.
- TC (tomografía computarizada).
- Radiología del tracto gastrointestinal.
- Resonancia magnética.
Es importante someterse a controles ginecológicos regulares y comentar con el médico cualquier síntoma o signo que se perciba, a pesar de que los síntomas suelen ser subtiles e inespecíficos. Por otra parte, existen muchas otras situaciones no cancerosas que pueden cursar con la misma sintomatología.
Tratamiento
Ante la sospecha un cáncer de ovario se tiene que realizar una biopsia. Si realmente existe un cáncer, se debe extirpar quirúrgicamente el tumor (ooforectomía). Según el estadio de la enfermedad, que depende de la diseminación del tumor, se tiene que extirpar otros tejidos. Estos estadios son:
- Estadio 1: cáncer limitado a uno o a ambos ovarios (aproximadamente un 20% de los cánceres de ovario se diagnostican en esta fase y cursan con mejores resultados pronósticos).
- Estadio 2: cáncer que se ha diseminado al útero y/o las trompas de Falopio.
- Estadio 3: cáncer que se ha diseminado hacia abdomen o ha afectado a los ganglios linfáticos (es el estadio en el que se diagnostica la mayoría de casos).
- Estadio 4: cáncer que se ha diseminado a otros órganos más allá del abdomen.
El tratamiento suele además incluir quimioterapia, terapia de sustitución hormonal, a veces radioterapia y monitorización de los niveles de CA-125, AFP o hCG para evaluar la respuesta al tratamiento y asegurar la detección precoz de recidivas.
Se están continuamente estudiando mejores opciones terapéuticas: nuevos fármacos, inmunoterapias, terapia génica y trasplantes de médula ósea.
Enlaces
En otras webs:
Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM): Las cifras del cáncer en España 2023
American Cancer Society (ACS): Ovarian Cancer
National Ovarian Cancer Coalition
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC): Cáncer de ovario
U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF). Ovarian Cancer: Screening
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