Sirolimus

18/12/2021

También conocido como: rapamicina

Nombre sistemático: sirolimus

Aspectos generales

¿Por qué hacer el análisis?

Para determinar los niveles del inmunosupresor sirolimus en sangre para ajustar el tratamiento y mantenerlos dentro del rango terapéutico o detectar las concentraciones tóxicas.

¿Cuándo hacer el análisis?

Al inicio del tratamiento con sirolimus y siempre que se haga un ajuste de dosis. Al principio se suele determinar con más frecuencia, después a intervalos regulares para monitorizar los niveles del fármaco. También cuando se sospeche que los niveles son demasiado bajos o demasiado elevados.

¿Qué muestra se requiere?

La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa del brazo.

¿Se requiere alguna preparación previa?

Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial. La muestra se suele extraer 12 horas después de la última dosis o justo antes de tomar la siguiente. Es importante seguir las instrucciones recibidas al respecto.


¿Qué es lo que se analiza?

El sirolimus, también conocido como rapamicina, es un fármaco que se utiliza como supresor del sistema inmunitario en las personas que han recibido un trasplante renal. Se suele administrar en combinación con otros fármacos para evitar el rechazo del riñón trasplantado. Esta prueba mide la concentración de sirolimus en sangre.

En condiciones normales, el sistema inmunitario del organismo reconoce un órgano trasplantado como extraño y comienza a atacarlo. El sirolimus limita esta respuesta y ayuda a prevenir el rechazo, inhibiendo la activación y la producción de un tipo de leucocitos llamados linfocitos T. También inhibe la producción de anticuerpos.

El sirolimus suele tomarse por vía oral y se absorbe en el tracto digestivo. La máxima concentración en sangre se obtiene a las dos horas aproximadamente y después disminuye progresivamente. Se metaboliza en el hígado y se elimina por las heces en un 90% y la orina en un 2%.

El uso de sirolimus en personas mayores de 13 años que han sido sometidas a trasplante renal puede estar indicado, ya que parece ser menos tóxico para los riñones que otras opciones terapéuticas y se puede administrar conjuntamente con otros inmunosupresores como la ciclosporina y el tacrolimus. Actualmente se están realizando estudios clínicos para evaluar su uso en otras franjas de edades y en otro tipo de trasplantes, como el de hígado o pulmón, pero no existen suficientes datos en menores de 13 años. Al igual que otros inmunosupresores, el sirolimus puede provocar efectos secundarios y reacciones adversas y aumenta el riesgo de desarrollar infecciones, linfoma y cáncer de piel.

Los niveles de sirolimus deben monitorizarse puesto que este fármaco tiene un intervalo terapéutico (diferencia entre el nivel en que comienza a ser efectivo y el nivel en que aparece toxicidad) muy estrecho. Si la concentración se encuentra demasiado baja se puede producir rechazo del órgano trasplantado; si es demasiado elevada se pueden desarrollar signos o síntomas relacionados con la toxicidad, como puede ser la disminución del recuento de plaquetas, del recuento de leucocitos o un aumento de los triglicéridos. Se suele realizar la determinación del nivel valle, es decir, la muestra debe extraerse justo antes de la toma de la dosis, cuando los niveles en sangre son los más bajos.

La administración de sirolimus suele ir asociada a la de ciclosporina y corticoides. La dosis se debe ajustar en cada individuo y tanto el sirolimus como la ciclosporina deben monitorizarse. A menudo se suele administrar una dosis inicial elevada (dosis de carga) para seguirse de dosis más bajas (dosis de mantenimiento). En las personas consideradas con un bajo riesgo de desarrollar complicaciones, se puede ir disminuyendo la ciclosporina e incluso dejar de administrarla a los 2-4 meses y mantener el sirolimus a dosis algo más elevadas.

Preguntas comunes

¿Cómo se utiliza?

La determinación de sirolimus se utiliza para monitorizar el nivel del fármaco en las personas que han recibido un trasplante renal y que están tomando dicha medicación para prevenir el rechazo. Se mide la concentración de sirolimus para saber si se encuentra dentro del rango terapéutico y por debajo del nivel tóxico. El tratamiento con sirolimus debe ser monitorizado debido al estrecho rango terapéutico del fármaco.
Si el individuo está tomando sirolimus y otro inmunosupresor como la ciclosporina o el tacrolimus, se deben monitorizar los niveles de ambos fármacos.

¿Cuándo se solicita?

Suele solicitarse al inicio del tratamiento, cuando los niveles del fármaco se han estabilizado. Debido a su elevada vida media, la monitorización de sirolimus puede reducirse.
La determinación puede solicitarse siempre que haya un cambio de dosis, variaciones en otros medicamentos que se estén tomando o siempre que el receptor del trasplante presente signos o síntomas que sugieran efectos secundarios, toxicidad o rechazo del órgano trasplantado.
Aunque las dosis de sirolimus sean las adecuadas, se pueden producir efectos no deseados como infecciones o retraso en la cicatrización de las heridas.
Entre otros efectos secundarios se encuentran:

  • Estreñimiento.
  • Diarrea.
  • Fiebre.
  • Dolor de cabeza.
  • Hipertensión.
  • Aumento de la concentración de lípidos en sangre.
  • Insomnio.
  • Náuseas.
  • Sensibilidad a la luz del sol.
  • Aumento de peso.

Si alguno de los síntomas anteriormente expuestos persiste o se vuelve más grave, se debe avisar al médico.
Además, algunos de los efectos adversos que deberían ser notificados al médico de manera inmediata son:

  • Tos, dificultad para respirar.
  • Dolor torácico.
  • Aumento de las pulsaciones (taquicardia).
  • Palidez cutánea.
  • Sangrado o aparición de hematomas.
  • Piel inflamada, enrojecida, agrietada o escamosa.
  • Urticaria, erupción, picazón.
  • Dificultad para tragar.
  • Hinchazón de la cara, cuello, lengua, labios, ojos, manos, pies, tobillos o zona baja de las piernas.
  • Disfonía, ronquera.

La monitorización es necesaria mientras dure el tratamiento con sirolimus.

¿Qué significa el resultado?

Cuando el nivel del fármaco se encuentra por encima del rango terapéutico, pueden aparecer signos o síntomas de toxicidad. Si por el contrario, la concentración de fármaco se encuentra anormalmente baja se puede producir el rechazo del órgano trasplantado. Dependiendo de los resultados, el médico puede ajustar la dosis a cada persona de manera individualizada.
Si el individuo está tomando otros inmunosupresores o cualquier otra medicación, es importante informar al médico, para asegurar que no existe interacción entre dichas medicaciones.

¿Hay algo más que debería saber?

Los fármacos que ralentizan el metabolismo del sirolimus pueden afectar a sus niveles en sangre. Es importante informar al médico sobre cualquier medicación o suplementos que se tomen. Algunos ejemplos de fármacos que aumentan los niveles de sirolimus en sangre son: antifúngicos, claritromicina, eritromicina, isoniazida, inhibidores de proteasas y quinidina. Algunos ejemplos de fármacos que pueden disminuir las concentraciones de sirolimus son: carbamazepina, fenobarbital, fenitoína, rifampicina y nafcilina. Debe evitarse el consumo de zumo de pomelo y de suplementos como la hierba de San Juan.

Es importante no modificar la dosis ni la hora a la que se toma la medicación sin consultar al médico. El sirolimus debe administrarse siempre de la misma forma respecto a las comidas. También es importante tomar medidas anticonceptivas mientras dure el tratamiento. Antes de buscar un embarazo es importante hablar con el médico acerca de los riesgos asociados.

El sirolimus no debe administrarse con ciertos fármacos que debilitan el sistema inmunitario y aumentan el riesgo de infecciones. Entre ellos se encuentran: voriconazol, natalizumab y rituximab. Los individuos en tratamiento con sirolimus también deberían consultar con su médico antes de recibir cualquier tipo de vacuna.

¿De qué otras pruebas se puede acompañar la determinación de sirolimus?

De manera periódica, se suelen solicitar otras pruebas para evaluar la función de los órganos y el estado de la sangre puesto que el sirolimus puede provocar disminución del recuento de plaquetas, del recuento de leucocitos o un aumento de los triglicéridos. Además, cuando se toma durante un tiempo prolongado en conjunto con otros inmunosupresores, puede afectar a la función renal.

¿Cuánto tiempo hay que tomar sirolimus?

Las personas que han sido sometidas a un trasplante deben tomar fármacos inmunosupresores (sirolimus, otros fármacos o una combinación de ellos) durante toda su vida. Es importante hablar con el médico para escoger la mejor opción terapéutica, que puede ir variando a lo largo de la vida.

¿Quién solicita la determinación de sirolimus?

El sirolimus suele ser monitorizado por médicos especialistas en trasplantes.

¿Dónde se realiza la determinación de sirolimus?

La determinación del nivel de sirolimus puede realizarse en el laboratorio del hospital o ser enviado a un laboratorio de referencia. Debido a que los laboratorios pueden usar métodos distintos, cada laboratorio tendrá valores de referencia diferentes. El médico solicitará esta determinación siempre al mismo laboratorio, para poder comparar los resultados obtenidos a lo largo del tiempo.

¿Se puede administrar sirolimus a personas que han sido sometidas a otros tipos de trasplantes que no sea el renal o con otro tipo de patologías?

A veces se utiliza el sirolimus para el tratamiento de la psoriasis, y en algunos casos se ha llegado a utilizar en pacientes con linfangioleiomiomatosis, una enfermedad degenerativa rara que afecta a los pulmones, riñones y sistema linfático. Esta medicación no debería emplearse para evitar el rechazo en los trasplantes de hígado o pulmón porque puede provocar efectos secundarios muy graves.

¿Es importante informar a los médicos de que se está tomando sirolimus?

Si, debido a las interacciones entre los fármacos y el efecto inmunosupresor del sirolimus. Además puede afectar a la capacidad de cicatrización y a la respuesta a las vacunas, e incluso aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer como el cáncer de piel o el linfoma.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Monitorización de fármacos e intoxicaciones

Ciclosporina

Urea

Creatinina

Electrolitos

Potasio

Magnesio

Glucosa

Tacrolimus

Estados fisiológicos y enfermedades:

Enfermedad renal

En otras webs:

Medline: Sirolimus

Asociación Española de Pediatría (AEP): Sirolimus/rapamicina

St. Jude Chidren's Research Hospital: Sirolimus

Agencia Española del Medicamento (AEMPS)

Organización Nacional de Trasplantes (ONT)

MayoClinic: Sirolimus (Oral Route)

American Society of Transplantation (AMT)


También conocido como:
HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2

Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus del herpes simple (VHS).                  

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