Enfermedad de Alzheimer

25/4/2019

¿En qué consiste?

La enfermedad de Alzheimer (EA) es una forma irreversible de demencia caracterizada por pérdida de memoria, por un deterioro progresivo de la capacidad intelectual y del lenguaje, y por cambios en el comportamiento y en la personalidad del afectado que interfieren en el día a día de la persona. En España se calcula que más de 800.000 personas padecen de enfermedad de Alzheimer y en el mundo se estiman que un total de 44 millones de personas padecen demencia.

Si bien en la enfermedad de Alzheimer se producen algunos cambios neurológicos similares a los que acontecen a medida que el individuo envejece, éstos no pueden considerarse como parte normal del proceso de envejecimiento. La EA genera en el cerebro lesión y muerte de las células nerviosas, además de caracterizarse por la aparición de placas seniles (áreas de células nerviosas muertas con depósitos de proteína) y de acumulaciones de tipo neurofibrilar (filamentos de proteína enrollados en el interior de las células nerviosas). La destrucción de células nerviosas resulta en una disminución de los niveles de ciertos neurotransmisores en el cerebro como la acetilcolina; los neurotransmisores son sustancias químicas necesarias para asegurar la comunicación entre células nerviosas. Con el tiempo, en la enfermedad de Alzheimer se asiste a una disminución de la interacción normal entre las distintas áreas del cerebro.

Relación con la edad

El riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer y otras demencias aumenta con la edad, de tal modo que aproximadamente entre un 10% y un 12% de la población presenta alguna forma de demencia al alcanzar los 65 años de edad, elevándose este porcentaje hasta  un 50% a los 100 años de edad. La OMS estima que en el año 2050, serán aproximadamente unos 130 millones de individuos los que estarán afectados de enfermedad de Alzheimer a nivel mundial.

Normalmente, la enfermedad de Alzheimer es de aparición tardía, aparece después de los 65 años de edad y no se corresponde con formas hereditarias. Contrariamente, existen casos de EA de aparición precoz, antes de los 65 años, que sí se asocian a mutaciones hereditarias en alguno de los genes causante; esta forma representa entre un 5% y un 10% de todos los casos de EA.

Relación con factores genéticos

La enfermedad de Alzheimer parece estar causada por una variedad de factores, si bien muchos de ellos todavía no están totalmente elucidados. Se han asociado tres genes con formas raras de EA familiares de aparición precoz (conocidas como enfermedad de Alzheimer tipo 3 o EA3): presenilina 1 (PSEN1), PSEN2 y APP. La presencia de alguna mutación en estos genes puede provocar la producción de proteínas anómalas que contribuyen a la formación de placas seniles que causan la demencia. Solamente se requiere que una copia de estos genes se encuentre alterada para que cause EA; existe una probabilidad del 50% de que la mutación se transmita a cada uno de los hijos del individuo afectado. Hasta la fecha, sólo han sido halladas mutaciones en estos tres genes en un número muy reducido de familias, sin haberse llegado a determinar con claridad el papel y la función que desempeñan estos genes.

Actualmente se dispone de pruebas para evaluar los genes PSEN1 en el cromosoma 14, PSEN 2 en el cromosoma 1 y APP en el cromosoma 21, aunque no se suelen solicitar. La realización de pruebas genéticas solo se recomienda en personas con diagnósticos antes de los 65 años de edad y/o con antecedentes familiares.

No se han identificado genes relacionados con la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía aunque existen otros genes que no pueden considerarse como causantes directos aunque sí incrementan el riesgo de desarrollarla de manera tardía.  Estos genes de "susceptibilidad" permitirían explicar la razón por la que existe un riesgo aumentado de desarrollar EA de aparición tardía en individuos con antecedentes familiares de EA.

El gen de la ApoE es el gen de susceptibilidad más claramente establecido y asociado a EA de aparición tardía. Este gen gobierna la producción de apolipoproteína E, una proteína que contribuye a transportar las sustancias lipídicas (grasas y colesterol) por la sangre. El gen de la ApoE existe en tres formas distintas (alelos): e2, e3 y e4. Cada persona hereda dos copias del gen de la ApoE, que puede existir bajo una combinación de las tres formas citadas. El alelo más común, hallado en aproximadamente el 60% de la población, es el e3. La presencia del alelo e4 de ApoE se ha asociado a la mayor parte de casos familiares y con mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer.

La mayor parte de individuos con síndrome de Down, causado por una trisomía anormal del cromosoma 21, puede eventualmente presentar alteraciones mentales a menudo asociadas a enfermedad de Alzheimer, normalmente a los 40 o 50 años de edad. Las alteraciones que se detectan en el cerebro de personas adultas con síndrome de Down son muy similares a las halladas en la EA. La copia extra del cromosoma 21 conlleva una producción aumentada de la proteína que se acumula y forma las placas seniles, de forma similar a lo que se observa en la EA. Los familiares de personas con síndrome de Down no presentan mayor riesgo de EA puesto que no tienen tres copias del cromosoma 21.

Otros factores de riesgo

El riesgo de padecer EA también depende de la raza; comparado con la población caucásica el riesgo en Afroamericanos es cuatro veces superior y en Hispanos el doble. Otros factores de riesgo asociados a EA son la diabetes de tipo 2 y formas leves de resistencia a la insulina, obesidad, hipertensión, dislipemia así como a presencia de marcadores de inflamación como la proteína C reactiva.

En el año 2011, un grupo de expertos liderado por la Alzheimer Association y el National Institute on Aging (NIA) de los National Institutes of Health publicó unos nuevos criterios diagnósticos de la enfermedad de Alzheimer.

Así, la enfermedad de Alzheimer quedaría definida según se detalla a continuación, con la finalidad de proporcionar el máximo de información acerca de la enfermedad, facilitar nuevas líneas de investigación y conferir un mayor uso de los biomarcadores.

  1. Enfermedad de Alzheimer en estadio preclínico: alteraciones medibles en los biomarcadores, incluyendo pruebas de imagen cerebral y proteínas en líquido cefalorraquídeo (LCR), de la enfermedad aunque sin presencia de síntomas (útil con fines de investigación).
  2. Deterioro cognitivo leve (o MCI por sus siglas en inglés) debido a EA: alteraciones leves en la memoria y funciones del pensamiento que todavía no repercuten sobre las actividades diarias; los pacientes con MCI pueden o no progresar a enfermedad de Alzheimer.
  3. Demencia debida a EA: Alteraciones de la memoria, del pensamiento y del comportamiento asociados a EA que dificultan o imposibilitan la vida diaria.

Acerca de la enfermedad de Alzheimer

Signos y síntomas

La Alzheimer Association ha descrito 10 signos y síntomas para un diagnóstico precoz de la enfermedad. Mientras que algunos problemas de memoria son típicos de la edad, hay otros que son característicos de la EA cómo serían:

  • Pérdida de memoria que afecta a la vida cotidiana. Se olvida inmediatamente de lo que acaba de aprender e incluso de eventos o fechas importantes.
  • Dificultad para planificar y solventar problemas sencillos cómo encargarse de los recibos y pagar las facturas.
  • Las rutinas del trabajo o del hogar se convierten en actividades difíciles de realizar.
  • Confusión sobre el espacio y el tiempo; no acordarse de que día es, donde esta o qué hora es.
  • Dificultad para leer o para calcular las distancias.
  • Problemas para hablar o escribir; olvidarse palabras, repetir siempre lo mismo y vocabulario pobre.
  • Perder objetos con frecuencia y guardar objetos en sitios extraños.
  • Comportamientos fuera de lugar o irracional.
  • Abandono de actividades que antes realizaba tanto sociales, laborales como familiares.
  • Cambios en la personalidad y el carácter, se vuelven agresivos, miedosos y con tendencia a la depresión.

Pruebas relacionadas

No existen pruebas diagnósticas de la enfermedad de Alzheimer (EA) que puedan aplicarse mientras el individuo está vivo. Actualmente, el único diagnóstico definitivo de EA lo constituye el examen microscópico de una sección de tejido cerebral del individuo afecto una vez ha fallecido. Los especialistas evalúan si existen placas seniles y las acumulaciones neurofibrilares características de la EA. Como tanto las placas como las acumulaciones pueden también producirse en el proceso normal del envejecimiento, siempre debe compararse la muestra con una muestra control de tejido cerebral sin EA, procedente de un fallecido sano de la misma edad.

No obstante, los médicos pueden realizar un diagnóstico clínico de EA utilizando una serie de pruebas y de procedimientos que les permiten descartar otras causas posibles de demencia. Cuando un individuo acude con signos de demencia, el médico evalúa sus antecedentes personales y familiares (preferentemente de varias generaciones), realiza un examen físico y determina la edad de aparición de los signos clínicos; además, proporciona al individuo unas pruebas neuropsicológicas que evalúan su memoria, sus habilidades de lenguaje y otras funciones cognitivas.

El médico puede emplear una serie de pruebas de laboratorio tradicionales para descartar deficiencias y otras enfermedades que podrían causar también pérdida de memoria en el individuo. También evalúa si la persona está sobremedicada y utiliza pruebas complementarias basadas en la imagen, como la tomografía computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RMN), para descartar traumatismos, tumores y algún accidente vascular cerebral, que podrían también causar demencia. Finalmente, se examina si existe atrofia cerebral, normalmente observada en fases más evolucionadas de la EA.

Pruebas útiles para descartar otras causas reversibles de demencia que no sea la enfermedad de Alzheimer

Es posible que si el médico sospecha una EA, realice otras pruebas de laboratorio (listadas en la siguiente tabla) que le permitirán diferenciar una posible EA de otras formas de demencia y podrá estudiar también otros factores de riesgo genético

Otras pruebas útiles para categorizar las demencias

La investigación se sigue centrando en el hallazgo y utilidad de nuevos biomarcadores.+

Tratamiento

Actualmente no existe prevención ni tratamiento para la enfermedad de Alzheimer (EA). Es posible vivir padeciendo EA durante 25 años, aunque el período más habitual es de 8 a 10 años. El tratamiento consiste en intentar retardar el progreso de la enfermedad, aliviando los síntomas, prestando especial atención a los aspectos referentes al comportamiento, y educando y dando soporte tanto a las personas afectas como a las que los cuidan. Al principio de la enfermedad, las personas con EA son capaces de llevar una vida relativamente normal y con poca asistencia; necesitan tan sólo reforzar la memoria y un ambiente bien estructurado. Es en esta fase cuando todavía son capaces de participar en decisiones referentes a su futura calidad de vida.

Si se consigue diagnosticar la EA pronto, el individuo puede beneficiarse de un tratamiento con inhibidores de la colinesterasa, fármacos que preservan las funciones intelectuales facilitando la función del neurotransmisor acetilcolina; ejemplos de estos fármacos pueden ser galantamina, donezepil y rivastigmina. Además, se tiene que tener en cuenta que otras medicaciones que esté tomando el individuo pueden empeorar el estado de confusión por lo que deberán ser eliminados (depresores del sistema nervioso central, antihistamínicos, fármacos para conciliar el sueño y analgésicos).

Otro fármaco usado es la Memantina para mejorar la memoria y la atención, se trata de un fármaco que inhibe la acción excitatoria cerebral de un neurotransmisor conocido como GABA. También se pueden prescribir antidepresivos y otros fármacos en pequeñas dosis para evitar los cambios de humor, la depresión, la paranoia y la violencia que se asocia a EA.

A pesar de que los esfuerzos actuales en investigación de sustancias protectoras y terapéuticas son prometedores, todavía no hay ningún tratamiento específico para la enfermedad de Alzheimer. Estas nuevas sustancias tienen unos riesgos asociados y producen reacciones adversas por lo que son necesarios más estudios para determinar su eficacia real y su seguridad a largo plazo.

Preguntas frecuentes

¿Cuáles pueden ser otras causas de confusión, pérdida de memoria y deterioro cognitivo?

Los descuidos y pérdidas de memoria ocasionales no deben de ser un motivo de preocupación a menos que su frecuencia vaya en aumento o interfiriera con el día a día. No obstante, existen otras causas de deterioro cognitivo, como:

¿Existe alguna manera de participar en los estudios de investigación relacionados con la enfermedad de Alzheimer?

Sí. Es posible participar en ensayos clínicos, tanto si se padece la enfermedad como si no. Además, se puede realizar donaciones del tejido cerebral de familiares fallecidos. Los investigadores necesitan muestras de tejido cerebral de individuos con EA así como de ancianos sanos para avanzar en el estudio de las causas y para hallar el mejor tratamiento a la EA; si desea más información acceda a este enlace.

¿Existe alguna relación entre la enfermedad de las vacas locas y la enfermedad de Alzheimer?

Hasta la fecha, no existe evidencia de conexión alguna entre ambas enfermedades a pesar de que las manifestaciones clínicas resulten ser similares.


Enlaces

Pruebas relacionadas:

Genotipado de ApoE, enfermedad de Alzheimer

Beta amiloide 42 (Aß42) y proteína tau

PSEN1

Estados fisiológicos y enfermedades:

Enfermedad de Alzheimer

En otras webs:

Sociedad Española de Neurología

Medline: Enfermedad de Alzheimer

Alzheimer Research Forum

Alzheimer's Disease Education and Referral (ADEAR) Center

Bright Focus Foundation: About Alzheimer's

Fundación Alzheimer España

National Institute on Aging: Alzheimer's Disease Fact Sheet

Alzheimer's Association: Latest Alzheimer's Disease Facts and Figures

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