Para determinar si los niveles de aldosterona o de renina están alterados; para diagnosticar trastornos hormonales (endocrinos) como un aldosteronismo primario (síndrome de Conn).
Para determinar si los niveles de aldosterona o de renina están alterados; para diagnosticar trastornos hormonales (endocrinos) como un aldosteronismo primario (síndrome de Conn).
Si se desarrollan signos o síntomas asociados a aumento de la producción de aldosterona, como aumento de la presión arterial sanguínea (hipertensión), debilidad muscular y concentraciones disminuidas de potasio; o asociados a disminución de la producción de aldosterona, como disminución de la presión arterial (hipotensión), aumento de la concentración de potasio y disminución de la de sodio.
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa; también puede realizarse en orina de 24 horas. En centros especializados, se puede medir directamente desde una vena renal o suprarrenal.
Para la determinación de los niveles de aldosterona y de renina se le puede pedir que permanezca sentado o bien que se acueste (unos 15-30 minutos) antes de la extracción de la muestra de sangre. También se le puede indicar no ingerir ciertos alimentos, bebidas o fármacos antes de la realización de la prueba. Es importante seguir las instrucciones proporcionadas.
Las medidas de aldosterona y de renina se utilizan para conocer si las glándulas adrenales están produciendo cantidades adecuadas de aldosterona y para poder distinguir entre las causas de exceso o de déficit de la hormona. La aldosterona puede medirse en sangre o en orina de 24 horas. La renina se mide siempre en sangre.
Estas pruebas aportan su máxima utilidad en la detección del hiperaldosteronismo primario, también conocido como síndrome de Conn, que ocasiona un aumento de la presión arterial. Si el resultado es positivo, seguramente se tendrá que evaluar la producción de aldosterona mediante pruebas de estimulación o de supresión de dicha hormona.
Los niveles de renina y de aldosterona son más altos por la mañana y varían a lo largo del día. Se afectan por la postura del individuo, por el estrés y por distintos fármacos habitualmente prescritos.
Las determinaciones de aldosterona y de renina en plasma suelen solicitarse cuando existe una presión arterial elevada, especialmente si los niveles de potasio están disminuidos. A pesar de que los niveles de potasio sean normales, pueden solicitarse estas pruebas si no se consigue controlar la presión arterial con la medicación habitualmente prescrita, o cuando se detecta la existencia de hipertensión a edades más tempranas. El aldosteronismo primario es una forma de hipertensión potencialmente curable; por este motivo, es importante detectarlo precozmente y tratarlo adecuadamente.
Ocasionalmente, cuando se sospecha la existencia de una insuficiencia adrenal o enfermedad de Addison, puede solicitarse la aldosterona junto con otras pruebas. Una de ellas es la prueba de estimulación con ACTH, en la que se miden aldosterona y cortisol, y que es útil para determinar si existe una enfermedad de Addison, una disminución de la función hipofisaria o un tumorhipofisario. Esta prueba de estimulación se considera normal si se produce un aumento en la concentración tanto de cortisol como de aldosterona.
En la tabla siguiente se indica como fluctúan los niveles de aldosterona, cortisol y renina en distintos trastornos.
Trastorno |
Aldosterona |
Cortisol |
Renina |
Hiperaldosteronismo primario (Síndrome de Conn) |
Elevada |
Normal |
Disminuida |
Hiperaldosteronismo secundario |
Elevada |
Normal |
Elevada |
Insuficiencia adrenal (Enfermedad de Addison) |
Disminuida |
Disminuido |
Elevada |
Síndrome de Cushing |
Disminuida | Elevado | Disminuida |
El hiperaldosteronismo primario (síndrome de Conn) es debido a una sobreprodución de aldosterona por parte de las glándulas adrenales, y normalmente obedece a la existencia de un tumor benigno de alguna de las glándulas. Los niveles elevados de aldosterona provocan un aumento de la reabsorción de sodio (sal) y de la eliminación de potasio por los riñones, creando un desequilibrio electrolítico. Los signos y síntomas incluyen hipertensión arterial, dolor de cabeza y, si los niveles de potasio están muy disminuidos, puede presentarse debilidad muscular.
La presencia de unos niveles bajos de potasio (hipopotasemia) en una persona con hipertensión sugiere la necesidad de investigar un posible hiperaldosteronismo. A veces, para saber si está afectada una única glándula adrenal o si lo están ambas, puede ser necesaria la obtención de muestras de sangre a partir de cada una de las venas adrenales. Se evalúa entonces si existe alguna diferencia en la cantidad de aldosterona (y a veces de cortisol) en cada una de las muestras (vena adrenal derecha, vena adrenal izquierda).
El hiperaldosteronismo secundario es más común que el hiperaldosteronismo primario y puede darse en cualquier situación que conduzca a aumento de la producción de aldosterona (no debida a afectación de las glándulas adrenales). Puede observarse en cualquier trastorno que haga disminuir el flujo sanguíneo renal, la tensión arterial sanguínea o los niveles de sodio en sangre. Puede observarse un hiperaldosteronismo secundario en las siguientes situaciones: insuficiencia cardíaca congestiva, cirrosis, enfermedad renal y toxemia del embarazo (preeclampsia); también en casos de deshidratación. En estos casos la causa del hiperaldosteronismo suele ser obvia y fácil de detectar.
La principal causa de hiperaldosteronismo secundario la constituye el estrechamiento de los vasos sanguíneos que aportan la sangre a los riñones; esta situación se conoce como estenosis arterial renal. Esto genera un aumento de la presión arterial debido a niveles elevados de renina y de aldosterona, y puede solucionarse con cirugía o angioplastia. A veces, con el fin de comprobar si sólo está afectado un riñón, se introduce un catéter a través de la ingle para recoger la sangre que drena directamente de las venas renales (niveles de renina en la vena renal). Si los valores de renina son significativamente superiores en un lado que en el otro, entonces debe pensarse en la existencia de una estenosis renal.
Los niveles bajos de aldosterona (hipoaldosteronismo) suelen asociarse a insuficiencia adrenal (enfermedad de Addison). La insuficiencia adrenal o suprarrenal causa deshidratación, hipotensión arterial, niveles altos de potasio y bajos de sodio en sangre. Los niños con hiperplasia adrenal congénita presentan un déficit de un enzima necesario para la producción de cortisol, que a veces se acompaña de una producción disminuida de aldosterona.
La cantidad de sal de la dieta y la contenida en diversos medicamentos -como analgésicos de tipo no esteroideo (dispensados sin receta médica), diuréticos, betabloqueantes, esteroides, inhibidores del enzima convertidor de la angiotensina y contraceptivos orales- puede alterar los resultados de estas pruebas. Algunos de estos fármacos se utilizan en el tratamiento de la hipertensión arterial. El estrés, el ejercicio y el embarazo también pueden alterar los resultados de las pruebas. El médico es quien mejor podrá aconsejar acerca de la necesidad o no de modificar la ingesta de sal de la dieta, de la idoneidad del uso de diuréticos y otros medicamentos, así como de la realización de ejercicio físico antes de realizar la prueba para medir aldosterona.
El regaliz puede simular las propiedades de la aldosterona y por lo tanto debe evitarse su ingesta como mínimo desde dos semanas antes de la realización de la prueba, ya que podría hacer disminuir los resultados.
Los niveles de aldosterona disminuyen de manera muy acusada cuando existen enfermedades graves, de manera que en estas ocasiones no es conveniente realizar la prueba.
El cociente aldosterona/renina es un cálculo que se emplea con finalidades de cribado del hiperaldosteronismo primario en personas de elevado riesgo, normalmente hipertensas. Se miden los niveles de aldosterona y de renina en sangre y se establece un cociente entre los resultados de aldosterona (numerador) y los de renina (denominador). Se considera que este cociente constituye una herramienta de cribado fiable del hiperaldosteronismo primario, a pesar de que su interpretación puede resultar difícil. Para no informar resultados falsamente positivos o falsamente negativos, debe tenerse en cuenta cualquier factor que pueda influir en el resultado de las pruebas, como fármacos, postura, ingesta de sodio (sal) y niveles de potasio en sangre. Para confirmar el diagnóstico, deben realizarse otrasa pruebas (por ejemplo, pruebas de supresión).
Las pruebas de supresión de aldosterona se emplean para confirmar el diagnóstico de hiperaldosteronismo primario. Existen diferentes tipos de pruebas de supresión:
En personas sanas, los niveles de aldosterona resultarán suprimidos.
La prueba de estimulación de aldosterona con ACTH o prueba de estimulación con ACTH, supone la medida de aldosterona y de cortisol, y es útil para establecer si existe una enfermedad de Addison, una disminución de la función hipofisaria o un tumorhipofisario. Se miden la aldosterona y el cortisol antes y después de la inyección de ACTH sintética. La prueba se considera normal si se produce un aumento de la concentración de aldosterona y de cortisol después de la inyección de ACTH.
El síndrome de Bartter consiste en un conjunto de trastornos congénitos raros en los que se afecta la capacidad de reabsorción de sodio por parte de los riñones. Las personas afectadas pierden demasiado sodio por la orina. En consecuencia, se produce un aumento de la concentración de aldosterona que a su vez favorece una eliminación excesiva de potasio por la orina. En este síndrome las concentraciones de aldosterona y de renina en sangre están elevadas, así como las de potasio, calcio y cloro en orina. También aumenta el pH de la sangre (alcalosis).
El síndrome suele diagnosticarse durante la infancia y puede ser debido a mutaciones en uno de cinco genes. Las pruebas genéticas permiten confirmar el diagnóstico. En función de la mutación hallada, se trata de un tipo de síndrome de Bartter u otro.
Los signos y síntomas varían en función del tipo de síndrome de Bartter. La forma antenatal (aparece antes de nacer) puede ser mortal. La forma clásica, que se detecta en bebés y durante la infancia, suele asociarse a falta de medro, estreñimiento, calambres musculares, debilidad, deshidratación, aumento de la diuresis y fragilidad ósea.
Se trata de un trastorno incurable aunque se dispone de tratamientos muy efectivos con los que por ejemplo se consigue aumentar la concentración de potasio. El pronóstico de la enfermedad es bueno si se realiza un correcto tratamiento, aunque los afectados deben aprender a controlar muy estrictamente el equilibrio hidroelectrolítico. Una de las posibles complicaciones radica en la insuficiencia renal. Si desea más información acceda a este enlace.