Factor de crecimiento insulinoide 1 (IGF-1)

7/2/2022

También conocido como: somatomedina C, factor de crecimiento similar a la insulina 1, factor de crecimiento insulínico 1

Nombre sistemático: factor de crecimiento insulinoide 1

Aspectos generales

¿Por qué hacer el análisis?

Para identificar la deficiencia de la hormona del crecimiento (GH), o más raramente, el exceso de producción de dicha hormona; para evaluar la función hipofisaria y para valorar la eficacia del tratamiento con GH.

¿Cuándo hacer el análisis?

Cuando existen signos o síntomas que sugieran un déficit de producción de GH y de IGF-1, como retraso del crecimiento, estatura baja, disminución de la densidad mineral ósea, tono muscular disminuido o aumento de la concentración de lípidos en sangre; cuando existen signos o síntomas de gigantismo (en niños) o acromegalia (en adultos) que sugieran exceso de producción de GH y de IGF-1; también es útil durante o después del tratamiento de las alteraciones de la GH.

¿Qué muestra se requiere?

La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa del brazo.

¿Es necesario algún tipo de preparación previa?

Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.


¿Qué es lo que se analiza?

El factor de crecimiento insulinoide (IGF-1) es una hormona que, junto con la hormona del crecimiento (GH), permite el desarrollo normal de tejidos y huesos. Esta prueba mide la cantidad de IGF-1 en sangre.

El IGF-1 se produce en el hígado, músculo esquelético y otros tejidos en respuesta al estímulo de la GH. Se trata de una proteína mediadora de los efectos de la GH, que estimula el crecimiento de huesos y tejidos y promueve la producción de la masa muscular. Además, tiene otras funciones no relacionadas con el crecimiento, como pueden ser el metabolismo de la glucosa y de los lípidos, por lo que es una hormona implicada en el síndrome metabólico

Como la GH se libera de la hipófisis de forma pulsátil las 24 horas del día, es difícil de interpretar a partir de un resultado aislado obtenido a partir de una única muestra de sangre. Por el contrario, el valor de IGF-1 refleja el exceso o déficit de GH, con la ventaja de que su síntesis es estable a lo largo del día y, por lo tanto, constituye un indicador muy útil de las concentraciones medias de GH. Por este motivo, el IGF-1 se emplea a menudo en la evaluación de las deficiencias o excesos de GH.

Deficiencia de GH e IGF-1

La concentración de GH y de IGF-1 normalmente es baja en la infancia y aumenta progresivamente hasta alcanzar un pico en la pubertad, experimentando un descenso posterior durante la edad adulta. Un déficit de GH e IGF-1 puede ser debido a:

  • Trastornos hipofisarios: en los que disminuye la producción de hormonas (hipopituitarismo).
  • Presencia de un tumor hipofisario no productor de GH: que lesiona las células productoras de hormonas.
  • Falta de respuesta a la acción de la GH: esta insensibilidad suele ser secundaria a situaciones como malnutrición, hipotiroidismo, déficit de hormonas sexuales y enfermedades crónicas. La insensibilidad primaria o genética a la GH (resistencia a la GH) es muy rara, solamente se han descrito alrededor de 300 casos en todo el mundo.

Los déficits de IGF-1 en las edades tempranas pueden inhibir el crecimiento y el desarrollo en general, y en consecuencia se alcanzará una estatura inferior a la normal. En los adultos, aunque es muy raro que exista una disminución de producción de GH o IGF-1, si existe, puede causar una disminución de la densidad mineral ósea y de la masa muscular, además de producir alteraciones lipídicas.

Exceso de GH e IGF-1

El exceso de GH e IGF-1 puede provocar un crecimiento excesivo del esqueleto y otros signos o síntomas característicos del gigantismo y la acromegalia. La causa más frecuente de un exceso de secreción de GH es un tumor hipofisario productor de GH (normalmente benigno). En la mayoría de los casos, tras un tratamiento con cirugía, fármacos o radiación, se observa que los valores de GH e IGF-1 suelen volver a la normalidad.

En la infancia, el gigantismo causa un alargamiento de los huesos, por lo que son personas muy altas, con las manos y los pies grandes. En los adultos, la acromegalia provoca un ensanchamiento de los huesos y también que los tejidos blandos, como la nariz, aumenten de tamaño. Al contrario que en el gigantismo, las personas con acromegalia no aumentan su estatura. En ambos casos se puede observar un aumento del tamaño de los órganos (corazón, hígado, riñones, bazo, tiroides, paratiroides, páncreas), y otras complicaciones como diabetes de tipo 2, aumento del riesgo cardiovascular, hipertensión arterial, artritis, aumento del riesgo de cáncer (mama, pulmón, próstata o colon) y disminución de la esperanza de vida.

Preguntas comunes

¿Cómo se utiliza?

La determinación del IGF-1 puede emplearse, junto con la determinación de GH, en las siguientes situaciones:

  • Detección de deficiencias de GH: no es una prueba diagnóstica, pero puede solicitarse junto con una prueba de estimulación de GH para obtener la máxima información.
  • Seguimiento: tras detectar resultados anómalos en la determinación de otras hormonas.
  • Evaluación de la función hipofisaria.
  • Con menor frecuencia: para realizar el seguimiento del exceso de GH y para el diagnóstico y manejo del tratamiento de las personas con acromegalia o gigantismo.

El IGF-1 puede también solicitarse, junto con otras hormonas, como prolactina, folitropina o lutropina, para diagnosticar los trastornos hipofisarios que cursan con una producción hormonal disminuida (hipopituitarismo).

La determinación de IGF-1 y la prueba de supresión de GH se pueden usar para detectar los tumores productores de GH. Su presencia se puede confirmar después con técnicas de imagen (tomografía computarizada, resonancia magnética, etc) que permiten localizarlo. Si es necesaria una intervención quirúrgica, los valores de GH e IGF-1 medidos después de la extirpación son útiles para saber si se ha eliminado todo el tumor. Los fármacos y la radioterapia se pueden utilizar de forma aislada o en conjunto con la cirugía, para disminuir la producción de GH y conseguir que las concentraciones de IGF-1 se normalicen. El IGF-1 también se determina a intervalos regulares en estos pacientes para controlar la eficacia del tratamiento y detectar las recidivas.

La determinación de IGF-1 y de GH también aporta información en relación a la existencia de una insensibilidad a la GH. Si el resultado de IGF-1 es normal, ya no es necesario determinar la GH, por lo que se podrá descartar una deficiencia de GH.

¿Cuándo se solicita?

Esta prueba se pide, junto con una prueba de estimulación de GH, en los siguientes casos:

  • Niños con  signos o síntomas de déficit de GH, como retraso en el crecimiento o talla baja.
  • Adultos en los que se sospecha un déficit de GH, como disminución de la densidad ósea, fatiga, perfil lipídico alterado y disminución de la tolerancia al ejercicio. Sin embargo, en los adultos con estas características no se mide de manera rutinaria el IGF-1 ni la GH, ya que las deficiencias de estas hormonas no son la causa más frecuente de estos trastornos.

A veces, el médico solicita el IGF-1 cuando sospecha un trastorno hipofisario o bien a intervalos regulares para el seguimiento del tratamiento sustitutivo de una deficiencia de GH.

Con menor frecuencia, el IGF-1 y la prueba de supresión de GH se pueden solicitar en los niños con signos o síntomas de gigantismo o en adultos con acromegalia.

Cuando se encuentra un tumor hipofisario productor de GH, se realiza la determinación de GH y de IGF-1 después de la extirpación, para saber si esta ha sido completa. El IGF-1 también se solicita de forma regular a los individuos tratados con fármacos o radioterapia después de la cirugía.

La determinación de IGF-1 a intervalos regulares durante mucho tiempo también permite controlar la producción de GH y detectar si se produce una recidiva del tumor hipofisario.

¿Qué significa el resultado?

Las concentraciones de IGF-1 deben siempre interpretarse en el contexto del paciente. Es posible que ciertos individuos presenten un déficit de GH, a pesar de tener concentraciones de IGF-1 normales.

Disminución de IGF-1

Si las concentraciones de IGF-1 son bajas, es probable que exista un déficit de GH o una insensibilidad a la GH. En el caso de los niños, este déficit puede provocar talla baja o retraso en el crecimiento y se puede tratar con suplementos de GH. Los adultos presentan una disminución de la producción asociada a la edad, pero las concentraciones de GH o IGF-1 inferiores a las esperadas pueden ser debidas al déficit de GH o a una insensibilidad a la GH.

Si el déficit de GH se debe a una disminución general de la función hipofisaria (hipopituitarismo), es necesario evaluar todas las hormonas hipofisarias para instaurar el tratamiento más adecuado. El hipopituitarismo puede ser de origen genético o secundario a traumatismos, infecciones e inflamación.

También se puede observar un déficit de IGF-1 en las situaciones de malnutrición (incluyendo la anorexia nerviosa), enfermedad renal crónica, enfermedad hepática crónica, formas de GH inactivas o no efectivas y después de los tratamientos con altas dosis de estrógenos.

Aumento de IGF-1

El aumento de IGF-1 suele indicar un aumento en la producción de GH. Debido a la pulsatilidad en la secreción de GH, es mucho más fácil usar el IGF-1 que es más estable, como referencia de la concentración de GH. Esto es válido hasta que se satura la capacidad de producción de IGF-1 por parte del hígado, de manera que un aumento muy importante de GH no se verá reflejado en la concentración de IGF-1, porque al llegar al tope la concentración de IGF-1 se mantendrá estable por mucho que aumente la GH.

El aumento de la concentración de GH e IGF-1 es normal durante la pubertad y el embarazo, pero aparte de estas situaciones, es más frecuente que sea debido a tumores hipofisarios (normalmente benignos). Un exceso de GH puede ocasionar gigantismo en niños y acromegalia en adultos.

Si el IGF-1 se mantiene elevado tras la cirugía del tumor hipofisario, la resección del tumor no habrá sido completa. Su disminución tras la cirugía y durante el tratamiento posterior con fármacos o radioterapia permite saber si está disminuyendo la producción de GH, aunque normalmente se tardan años en alcanzar las concentraciones normales de GH. Si la concentración de IGF-1 se normaliza, seguramente la persona ya no está produciendo un exceso de GH. Si se realiza el seguimiento durante mucho tiempo, los valores de IGF-1 pueden ser útiles para la detección de recidivas del tumor.

¿En qué consiste la prueba de estimulación de GH?

Esta prueba es útil para diagnosticar una deficiencia de GH o un hipopituitarismo. Para realizar la prueba se obtiene una muestra de sangre después de 10-12 horas de ayuno. Posteriormente, bajo supervisión médica, se inyecta al paciente una sustancia que normalmente estimula la liberación de GH por parte de la glándula hipófisis. Tras ello se obtienen muestras a intervalos regulares y se mide la GH en cada una de ellas, para ver si efectivamente la hipófisis se ha estimulado y se ha producido un exceso de GH. Como el ejercicio también puede estimular la secreción de GH, es posible realizar esta prueba sometiendo al paciente a un ejercicio vigoroso.

¿En qué consiste la prueba de supresión de GH?

Esta prueba es útil para diagnosticar un exceso de GH, valorando si su producción se ve disminuida ante un aumento de la glucosa en sangre. Para ello, inicialmente se obtiene una muestra de sangre tras 10-12 horas de ayuno. Después se proporciona al paciente una solución de glucosa con una concentración conocida que deberá beber, normalmente varía en función del peso en niños y equivale a 100 gramos de glucosa en adultos. Después se obtienen muestras a intervalos regulares y se mide la GH en cada una de ellas, para ver si efectivamente la hipófisis ha experimentado una supresión.

¿Qué signos y síntomas se observan en las personas con déficit de GH e IGF-1?

En los niños, los siguientes signos o síntomas indican déficit de GH o IGF-1:

  • Retraso en el crecimiento respecto a lo normal para su grupo de edad.
  • Talla baja, menos peso y extremidades más cortas que otros con una edad cronológica parecida.
  • Retraso puberal.
  • Retraso en el desarrollo óseo observado por radiología.
  • Crecimiento lento de las uñas.
  • Retraso del cierre de las fontanelas y las suturas del cráneo.

En los adultos, los déficits de GH o IGF-1 causan signos o síntomas muy leves e inespecíficos:

  • Disminución de la densidad mineral ósea.
  • Fatiga.
  • Alteraciones del perfil lipídico.
  • Reducción de la tolerancia al ejercicio.
  • Depresión.
  • Piel fina y seca.

¿Qué signos y síntomas se observan en las personas con exceso de GH e IGF-1?

En los niños, una talla excesivamente alta es el primer dato a tener en cuenta. Otros signos o síntomas de gigantismo son:

  • Obesidad leve o moderada.
  • Aumento excesivo del tamaño de la cabeza.
  • Aumento excesivo del tamaño de manos y pies.

En los adultos, los signos o síntomas son más sutiles: nariz grande, labios gruesos, mandíbula prominente o también que los anillos y zapatos ya no les caben. Entre otros signos o síntomas se incluyen:

  • Voz ronca, grave o profunda.
  • Aumento del tamaño de los órganos (hígado, corazón, riñones, bazo, glándulas tiroides o paratiroides, páncreas).
  • Aumento del tamaño de la lengua.
  • Disfunción eréctil.
  • Fatiga.
  • Dolor de cabeza y alteraciones visuales.
  • Dolor e inflamación articular.
  • Irregularidades en el ciclo menstrual.
  • Debilidad muscular.
  • Ronquidos.
  • Sudoración y olor corporal, por el aumento de la actividad de las glándulas sebáceas.
  • Engrosamiento de la piel y aparición de manchas, vello grueso.
  • Compresiones nerviosas (por ejemplo: síndrome del túnel carpiano).

¿Puede realizarse esta prueba en la misma consulta médica?

No, para la determinación de IGF-1 se necesita una instrumentación específica y profesionales con experiencia; es posible que la muestra se envíe a un laboratorio de referencia.

¿Durante cuánto tiempo está indicado el seguimiento?

Mientras la producción de GH esté alterada (alta o baja) o se esté recibiendo terapia sustitutiva con GH, será necesario realizar un seguimiento de las concentraciones de IGF-1. En los niños, no se mide normalmente el IGF-1 para el seguimiento del tratamiento sustitutivo con GH. Es más apropiado verificar la eficacia del tratamiento observando si va aumentando la velocidad del desarrollo y la talla respecto a sus compañeros.

¿Hay algo más que debería saber?

Si la concentración de IGF-1 es normal, pero el médico sigue sospechando la existencia de un déficit de GH, se puede solicitar el IGFBP-3 (proteína enlazante del factor de crecimiento insulinoide de tipo 3) para confirmar el déficit de GH. Prácticamente todo el IGF-1 circula en sangre unida a proteínas enlazantes, y entre ellas, la más prevalente es El IGFBP-3. La producción de IGFBP-3 también está promovida por la GH.


Enlaces

Pruebas relacionadas:

Hormona del crecimiento (GH)

Tiroxina libre (T4 libre)

Glucosa

Tirotropina (TSH)

Estados fisiológicos y enfermedades:

Trastornos hipofisarios

Síndromes endocrinos

Síndrome del ovario poliquístico (SOP)

En otras webs

Medline: Trastornos de crecimiento

Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP)

MayoClinic: Acromegalia


También conocido como:
HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2

Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus del herpes simple (VHS).                  

Pregúntenos

Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.
Pregúntenos image