Metabolismo férrico

18/7/2020

También conocido como: pruebas relacionadas con el metabolismo del hierro, metabolismo del Fe, estudio de anemias

Nombre sistemático: metabolismo férrico

Aspectos generales

¿Por qué hacer el análisis?

Para conocer la concentración de hierro en el organismo y para el diagnóstico de una deficiencia o sobrecarga de hierro.

¿Cuándo hacer el análisis?

Cuando se tiene una concentración baja de hemoglobina o de hematocrito detectada en el hemograma, o cuando el médico crea que puede existir un déficit o un exceso (sobrecarga) de hierro.

¿Qué muestra se requiere?

La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa.

¿Se requiere preparación para la prueba?

Es posible que sea necesario realizar la extracción a primera hora de la mañana tras un mínimo de 12 horas en ayunas, en las que solo se permite beber agua.

¿Qué es lo que se analiza?

El hierro es un elemento esencial y un nutriente que, entre otras funciones, es imprescindible en pequeñas cantidades para la producción de hematíes (glóbulos rojos) sanos. Forma parte de la hemoglobina, que es la proteína que se une al oxígeno en los pulmones y lo libera a medida que la sangre circula por el organismo. El cuerpo no puede fabricar hierro y debe absorberlo a partir de la comida o de suplementos.

Las pruebas del metabolismo férrico se solicitan para evaluar la cantidad de hierro del organismo mediante la medición de las diferentes sustancias presentes en la sangre. Generalmente estas pruebas se solicitan de forma conjunta y sus resultados se utilizan para el diagnóstico o para el seguimiento de un déficit o de un exceso de hierro.

  • El hierro sérico: mide las concentraciones de hierro en la sangre.
  • La transferrina: mide directamente la cantidad de transferrina en sangre. La transferrina es la proteína que transporta el hierro por el cuerpo. En condiciones normales, esta proteína está saturada por el hierro en un 33%. Esto significa que las dos terceras partes de su capacidad actúan como reserva.
  • La capacidad de fijación del hierro (TIBC): mide la cantidad de hierro que puede ser fijado por las proteínas de la sangre. Como la transferrina es el transportador mayoritario de hierro, este dato puede aportar una medición aproximada de la capacidad de transporte de la transferrina. Sin embargo, actualmente se encuentra en desuso ya que la mayoría de los laboratorios clínicos miden la transferrina.
  • La cantidad libre de transporte del hierro (UIBC): mide la porción de reserva de la transferrina que todavía no ha sido saturada por el hierro. La UIBC también es un reflejo de las concentraciones de transferrina.
  • La saturación de la transferrina: se estima a través de un cálculo, y refleja el porcentaje de transferrina que está saturado con hierro (100 x hierro sérico / transferrina), o bien (100 x hierro sérico / TIBC).
  • La ferritina: refleja la cantidad de hierro almacenado en el organismo.

En condiciones normales, el hierro es absorbido en el intestino delgado a partir de los alimentos o de suplementos y transportado por el organismo a través de la unión a la transferrina, que a su vez es producida por el hígado. En las personas sanas, la mayor parte del hierro que se absorbe pasará a formar parte de la hemoglobina que se encuentra dentro de los glóbulos rojos. El resto se almacenará en los tejidos en forma de ferritina o hemosiderina. Una pequeña parte participará en la composición de otras proteínas como la mioglobina y ciertos enzimas.

Si el aporte de hierro de la dieta es insuficiente, su concentración en sangre puede disminuir y empiezan a reducirse las reservas de hierro del organismo. Esto puede ocurrir por diferentes causas:

  • No se ingiere suficiente hierro (ya sea por la dieta o mediante suplementos).
  • El organismo es incapaz de absorber el hierro de la dieta. Esto ocurre en situaciones clínicas como la enfermedad celíaca.
  • Existe un aumento de las necesidades de hierro (como ocurre durante el embarazo o la infancia) o una pérdida crónica de sangre (como en la úlcera péptica o el cáncer de colon).

Una cantidad de hierro circulante y almacenado insuficientes puede dar lugar al desarrollo de una anemia ferropénica, que consiste en el descenso de la hemoglobina y el hematocrito junto con unos glóbulos rojos más pequeños y pálidos de lo normal (microcíticos e hipocrómicos). En las fases iniciales no existe ninguna manifestación clínica de la deficiencia, por lo que las reservas de hierro pueden reducirse de forma importante antes de que se desarrollen signos y síntomas de la deficiencia de hierro. Si una persona sana desarrolla anemia a lo largo de un período prolongado de tiempo, rara vez aparecen síntomas antes de que la concentración de hemoglobina en sangre disminuya por debajo del límite normal.

Sin embargo, a medida que evoluciona la deficiencia de hierro, pueden aparecer síntomas como fatiga, debilidad, mareos, dolor de cabeza y palidez de piel. Para más información, consultar el artículo sobre la anemia.

Por otra parte, una absorción excesiva de hierro puede ser tóxica para el organismo. Las reservas de hierro y la concentración de ferritina aumentan cuando se absorbe más hierro del necesario para el cuerpo, lo que puede dar lugar a que se depositen compuestos de hierro de forma progresiva en los órganos, causando daños y disfunción. Un ejemplo de ello es la hemocromatosis, una enfermedad genética en la que el cuerpo absorbe demasiado hierro, aunque el paciente lleve una dieta normal. Además, la sobredosis de hierro puede aparecer cuando una persona consume más cantidad de hierro de la recomendada.

Preguntas comunes

¿Cómo se utiliza?

Las pruebas del metabolismo férrico proporcionan información sobre la cantidad de hierro circulante en la sangre, la capacidad de la sangre para transportar el hierro, y la cantidad de hierro almacenado en los tejidos.

Generalmente estas pruebas se solicitan de manera conjunta, y los cambios en cada una de ellas pueden ayudar al médico a determinar si una persona presenta un déficit o un exceso de hierro en el organismo.

¿Cuándo se solicita?

Las pruebas del metabolismo férrico se solicitan cuando en el hemograma se observa que la hemoglobina y el hematocrito están bajos, y los hematíes son de pequeño volumen (microcitosis) y más pálidos de lo normal (hipocromía); esto nos podría sugerir la existencia de una anemia ferropénica, aunque no exista todavía ninguna sintomatología.

Estas determinaciones también se realizan cuando el paciente desarrolla signos y síntomas de deficiencia de hierro como:

  • Cansancio crónico.
  • Debilidad.
  • Mareos.
  • Dolor de cabeza.
  • Palidez.

También se solicitan cuando se sospecha una sobrecarga de hierro. Los signos y síntomas de la sobrecarga de hierro varían de una persona a otra y suelen empeorar con el tiempo. Estos síntomas se deben al acúmulo de hierro en la sangre y los tejidos. Pueden incluir:

  • Dolor de las articulaciones.
  • Cansancio, debilidad.
  • Falta de energía.
  • Dolor abdominal.
  • Pérdida del deseo sexual.
  • Alteraciones en órganos como el corazón y el hígado.

Si se piensa que un niño ha ingerido comprimidos de hierro, se solicita el hierro sérico para detectar si realmente ha sido así y establecer la gravedad de la intoxicación.

¿Qué significa el resultado?

En la siguiente tabla se explican algunos de los cambios observados en los distintos trastornos del metabolismo del hierro.

Deficiencia de hierro

Las fases más precoces de la deficiencia de hierro consisten en la desaparición progresiva de las reservas de hierro. Esto significa que sigue habiendo suficiente hierro para fabricar hematíes, pero las reservas no se están rellenando. El hierro sérico puede ser normal en esta fase, pero la ferritina estará baja.

Si la deficiencia se mantiene en el tiempo, todo el hierro almacenado se ha gastado y el cuerpo intenta compensar la falta de hierro aumentando la transferrina, que es la encargada de transportar el hierro. El hierro sérico disminuye y la transferrina, la capacidad total y capacidad libre de transporte del hierro aumentan, disminuyendo también la saturación de la transferrina. A medida que evoluciona la deficiencia, se producen menos hematíes y son más pequeños, resultando finalmente en una anemia ferropénica.

Sobrecarga de hierro

Si el hierro sérico y la saturación de la transferrina aumentan, la TIBC, UIBC y ferritina son normales y existen antecedentes compatibles con una sobrecarga de hierro, es probable que exista una intoxicación por hierro. Esta intoxicación aparece cuando se ingiere una gran cantidad de hierro en un período corto de tiempo. En los niños, la intoxicación por hierro casi siempre es aguda, y se da cuando los niños ingieren los suplementos de hierro de sus padres. En algunos casos, la intoxicación aguda puede llegar a ser mortal.

Ante una mutación en el gen HFE se establece el diagnóstico de hemocromatosis hereditaria. Sin embargo, muchas personas con hemocromatosis no tendrán síntomas en toda su vida, otras desarrollarán dolor articular, dolor abdominal y debilidad alrededor de los 30-40 años. Los hombres suelen tener más síntomas que las mujeres en edad fértil, porque éstas pierden sangre durante la menstruación.

La sobrecarga de hierro también aparece en los pacientes con hemosiderosis y en las personas que han recibido múltiples transfusiones de sangre (anemia falciforme, talasemia major y otras anemias que se tratan con transfusiones). El hierro de cada unidad transfundida se almacena en el cuerpo y se va depositando progresivamente en los tejidos. Algunas personas con alcoholismo y enfermedad hepática crónica también pueden desarrollar una sobrecarga de hierro.

¿Hay algo más que debería saber?

El consumo de alimentos ricos en hierro o la toma de comprimidos de hierro pueden alterar los resultados de la prueba, de la misma manera que pueden verse alterados por una transfusión de sangre, si ésta ha sido reciente.

Una concentración normal de hierro en sangre se mantiene mediante un equilibrio entre la cantidad ingerida y las pérdidas. Normalmente se pierde muy poca cantidad de hierro al día, por lo que si no se ingiere suficiente hierro para recuperarla, aparecerá la deficiencia de hierro. Una persona sana que lleve una dieta equilibrada estará ingiriendo suficiente hierro para prevenir la deficiencia de hierro y la anemia ferropénica.

Existen ciertas situaciones en las que aumentan las necesidades de hierro del organismo. Las personas con pérdidas crónicas de sangre, ya sea por vía digestiva (generalmente debido a úlceras o tumores como el cáncer de colon) o por una menstruación abundante, perderán más hierro diario de lo normal y podrían desarrollar una deficiencia. Esto también ocurre en las mujeres embarazadas o durante la lactancia, debido a que le transmiten el hierro al bebé. Los niños, especialmente en los momentos de crecimiento más rápido, pueden necesitar más cantidad de hierro y desarrollar una deficiencia. Ciertas enfermedades malabsortivas, como la enfermedad celíaca, también pueden producir una deficiencia de hierro.

Una concentración baja de hierro en la sangre también puede aparecer en los casos en que el organismo es incapaz de extraer el hierro almacenado. En ciertas enfermedades que conllevan una inflamación crónica, como el cáncer, las enfermedades autoinmunes o las infecciones crónicas (incluido el SIDA), el cuerpo es incapaz de utilizar el hierro para fabricar nuevos glóbulos rojos. En estas condiciones, la transferrina disminuye y el hierro sérico es bajo porque ni se está absorbiendo en el intestino ni se puede movilizar desde las reservas, por lo que la ferritina estará aumentada.

¿Son lo mismo el déficit de hierro y la anemia? ¿Cuáles son los síntomas?

Un déficit de hierro significa que existe una disminución de las reservas de hierro del organismo, mientras que la anemia por déficit de hierro (ferropénica) ya indica que el recuento de hematíes, la cantidad de hemoglobina y el hematocrito han disminuido por existir unas reservas de hierro reducidas (existen muchas otras causas de anemia). Normalmente son necesarias varias semanas desde que se empiezan a reducir las reservas de hierro hasta que la concentración de hemoglobina y la producción de hematíes disminuyen y aparece la anemia. Al principio, en un déficit de hierro existen muy pocos síntomas, pero si la situación evoluciona, la hemoglobina y el recuento de hematíes disminuirán, apareciendo también los síntomas como debilidad, palidez y fatiga.

A medida que evoluciona el déficit de hierro, también pueden aparecer mareos y sensación de falta de aire. Si la anemia por falta de hierro es grave, también puede existir dificultad para respirar, dolor torácico y dolores en las piernas. En los niños pueden existir dificultades para el aprendizaje. Además de los síntomas propios de la anemia, existen otros signos y síntomas característicos de un déficit de hierro, entre los que se incluyen: pica (apetencia por sustancias concretas como el hielo, el regaliz, la harina, la tiza, tierra o barro), sensación de quemazón en la lengua, pérdida del relieve normal de la lengua, llagas en las comisuras bucales y las uñas de manos y pies en forma de cuchara.

¿Qué otras pruebas se pueden solicitar para detectar la deficiencia o la sobrecarga de hierro?

Existen numerosas pruebas que pueden ser de ayuda para reconocer los problemas relacionados con el estado del hierro.

  • Hemoglobina y hematocrito: son pruebas que se realizan como parte de un hemograma. Un valor bajo de cualquiera de las dos indica que una persona presenta una anemia. El déficit de hierro es una causa muy frecuente de anemia. En un hemograma también se mide el tamaño medio de los glóbulos rojos (volumen corpuscular medio o VCM) y la cantidad promedio de hemoglobina en ellos (hemoglobina corpuscular media o HCM). En un déficit de hierro no se fabrica suficiente hemoglobina, entonces los hematíes tendrán un tamaño inferior al normal y un aspecto más pálido. Tanto el VCM como el HCM estarán disminuidos.
  • Receptor soluble de la transferrina: esta prueba puede utilizarse para detectar una anemia por déficit de hierro y distinguirla de la anemia causada por una enfermedad crónica o por la inflamación. En los pacientes con déficit de hierro, el receptor soluble de la transferrina estará disminuido.
  • Recuento de reticulocitos: el número absoluto de reticulocitos (hematíes inmaduros) disminuye en una anemia por déficit de hierro, pero aumentará hasta los valores normales cuando se instaure un tratamiento con hierro.
  • Protoporfirina zinc (ZPP): la protoporfirina es el precursor de la parte de la hemoglobina que contiene el hierro (grupo hemo). Si no existe suficiente cantidad de hierro, otro metal, como el zinc, se unirá a la protoporfirina en su lugar. Por este motivo, en un déficit de hierro aumenta la cantidad de protoporfirina zinc en los hematíes. En algunas ocasiones, la ZPP se utiliza como prueba de cribado, especialmente en niños y adolescentes. Sin embargo, esta prueba no es específica para diagnosticar un déficit de hierro, por lo que cuando existen valores elevados de ZPP debe confirmarse con otras pruebas.
  • Diagnóstico molecular del gen HFE: la hemocromatosis es una enfermedad genética, que ocasiona la absorción de una cantidad excesiva de hierro en el organismo. Generalmente, se debe a una mutación hereditaria en un gen específico, conocido como gen HFE, que regula la cantidad de hierro que se absorbe en el intestino. Para más información, consultar el artículo sobre hemocromatosis

¿Cuáles son otras causas de anemia, además del déficit de hierro?

Existen diferentes condiciones que pueden causar la anemia, además del déficit de hierro. Algunos ejemplos son el déficits de folato y vitamina B12, el cáncer (leucemias, linfomas, síndromes mielodisplásicos), infección e inflamación crónica y trastornos genéticos como la anemia falciforme y la talasemia. Sin embargo, el déficit de hierro es la causa más común y por ello las pruebas relacionadas con el hierro se realizan con mucha frecuencia. Si las pruebas relacionadas con el hierro descartan un déficit de hierro, se debe buscar otra causa de la anemia. Para más información, consultar el artículo sobre anemia.

¿Qué alimentos tienen un alto contenido en hierro?

El hierro hemínico es el más fácil de absorber por el organismo y se encuentra en la carne y los huevos. Otras fuentes de hierro no hemínico son los vegetales de hoja verde (espinacas, berza, kale), el germen de trigo, el pan y los cereales integrales, las pasas y la melaza. Es posible que las personas diagnosticadas de una anemia por déficit de hierro y las mujeres embarazadas o en período de lactancia necesiten tomar suplementos de hierro. Conviene consultar con el médico acerca del mejor suplemento en cada caso.

¿Cuándo está indicado tomar suplementos de hierro?

Los suplementos de hierro son especialmente útiles en las mujeres embarazadas y en las personas diagnosticadas de deficiencia de hierro. Por norma general, nadie debería tomar suplementos de hierro sin consultarlo previamente con el médico, ya que un aporte excesivo puede causar una sobrecarga crónica de hierro. Pueden darse intoxicaciones por sobredosis de comprimidos con hierro, especialmente en los niños.

Enlaces

Pruebas relacionadas:

Hierro sérico

Ferritina

Hematocrito

Hemoglobina

Hemograma

Protoporfirina zinc

Receptor soluble de la transferrina

Reticulocitos

Transferrina y capacidad de fijación del hierro

Estados fisiológicos y enfermedades:

Anemia

Hemocromatosis

En otras webs:

Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH)

Asociación Española de Hemocromatosis (AEH): Qué son las hemocromatosis

Asociación Española de Pediatría (AEP): Anemia por falta de hierro

Vademecum: Sulfato ferroso

Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC): Hierro


También conocido como:
HSV-1, HSV-2, HHV1, HHV2, VHS, herpes oral, herpes labial, herpes genital
Nombre sistemático: virus del herpes simple tipo 1 y tipo 2

Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para hacer un cribado o un diagnóstico de la infección por el virus del herpes simple (VHS).                  

Pregúntenos

Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.
Pregúntenos image